Jueves, 09 de Octubre 2025

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El “Pato Schnauzer” que reunió a una familia

Por: Iván González Vega

El “Pato Schnauzer” que reunió a una familia

El “Pato Schnauzer” que reunió a una familia

Un hombre descubre que le quedan 50 días de vida y entonces recuerda que tiene familia: un hermano delincuente al que hace años que no le dirige la palabra y un padre, que es un notario corrupto, a quien ni siquiera querría acercarse. Los tres hombres se desprecian, pero quizá el lazo familiar los haga repensar ese viejo odio.

Esto es “Pato Schnauzer”, montaje de Eduardo Villalpando que terminará temporada con sus funciones de jueves 31 de mayo y viernes 1 de junio (20:00 horas, Teatro Experimental de Jalisco, junto a la entrada del Agua Azul en la Calzada Independencia). Sus tres personajes exhiben ante el público cómo duele restaurar los lazos familiares rotos. Cada uno tiene su vida, es decir que no necesita nada de los otros, es decir que está solo. ¿Qué pasaría si se dieran una oportunidad de reencontrarse?

“Pato Schnauzer” está basada en un texto de Saúl Enríquez, bien conocido en Guadalajara por varias obras para adolescentes, pero también por su humor negro, que confronta al espectador con las facetas más lamentables de los personajes, aunque busca que también simpatice con ellos. En este espectáculo el escritor Matus, su miserable hermano Roque y el cuestionable papá notario se esfuerzan por que tengamos por ellos una pésima opinión… y terminamos queriéndolos.

Cualquier persona que alguna vez, digamos, se haya peleado con un pariente de modo que se dejaron de hablar, encontrará en “Pato Schnauzer” una obra que le habla directamente, con un humor que mueve a la carcajada tan sólo porque sirve para disimular las lagrimitas. En el montaje tapatío, Darío Roca y José Jaime Argote interpretan a los dos hermanos, mientras la figura del padre, a cargo de Marco Aurelio Hernández, los contempla sentada al fondo del escenario.

El director Eduardo Villalpando se decidió por una exposición directa y de un realismo austero: todo es explícito, hasta la escenografía, que se ve como el marco de una casa. Pero además propone una narración directa, que incluso subraya las transiciones entre acontecimientos: los actores se “congelan” al terminar una escena y suena el segundero de un reloj.

El espectáculo cumple con ofrecer entretenimiento. Pero luego, quizá, para algunos espectadores falta “algo”, que no lo dan la claridad de los elementos en escena, la solvencia de los tres actores ni el simpatiquísimo patito que da nombre a la obra.

Quizá falta gravedad, peso, relevancia: todo parece transcurrir sin obstáculo y los personajes van resolviendo sin sorpresa sus respectivos conflictos. Ni siquiera algunos guiños de la dramaturgia —Matus, por ejemplo, aparece en escena para darnos a entender que está narrándonos la historia— accidentan el espectáculo para colocar alguna duda.

“Pato Schnauzer” no decepciona, pero quizá a algunos espectadores les parezca muy mecánica. Ojalá que el público la disfrute y no extrañe la diversión y la ternura que los personajes muestran cuando aparece el patito.

Cartelera y reseñas: agoragdl.com.mx

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