Con la declaración de culpabilidad de Ismael “El Mayo” Zambada en la corte del juez Brian Cogan en Brooklyn, Nueva York, podemos dar por muerto al Cártel de Sinaloa. Los líderes y fundadores del cártel en 2001, el mismo Mayo y El Chapo Guzmán, son hoy, junto a sus respectivos hijos, parte de los niños cantores de Sinaloa, un extenso grupo de narcotraficantes que ha pactado con la justicia estadounidense.¿Qué tanto van a cantar los testigos protegidos? Imposible saberlo. Hay, por supuesto, algunos miembros de la oposición que están seguros de que “El Mayo” hará lo que ellos no han podido: desestabilizar al movimiento obradorista sacando a la luz las corruptelas del poder, particularmente las de López Obrador y sus colaboradores cercanos. Sin duda hay muchos colaboradores de la anterior administración y miembros de Morena que están involucrados con el crimen organizado, como los estuvieron otros tantos en los sexenios de Peña Nieto, Calderón, Fox, Zedillo, Salinas y De la Madrid. El narcotráfico en México es y ha sido parte del poder. Por eso se le llama crimen organizado, porque está estructurado desde arriba, desde los poderosos.El Mayo sembró su primera planta de mariguana siendo muy joven allá en los años setenta en Sinaloa. Se vinculó al cártel de Guadalajara, dirigido por tres paisanos suyos: Félix Gallardo, Don Neto y Caro Quintero. A la caída de estos en los años ochenta se unió al grupo de otro paisano, Amado Carrillo, conocido como “El Señor de los Cielos”, y tras su misteriosa muerte creó, junto con el Güero Palma y El Chapo Guzmán, el Cártel de Sinaloa.En su larga carrera de narcotraficante, más de 50 años en los que nunca pisó una cárcel mexicana, calcula haber enviado a Estados Unidos un millón y medio de kilos de cocaína, que a un valor promedio de 20 mil dólares por kilo son, más o menos, 30 mil millones de dólares solo de polvo blanco. A esto hay que agregar otros productos que también les vendió por años a los gringos, desde fentanilo hasta mariguana, pasando por metanfetaminas o la droga de moda. Parte del acuerdo para declararse culpable y no enfrentar la pena de muerte es el pago de una multa de 15 mil millones de dólares, la mitad de lo que costó el Tren Maya.¿Qué sigue tras el desmantelamiento del Cártel de Sinaloa? La creación de otro u otros cárteles, probablemente no tan poderosos, adaptados a las nuevas condiciones de poder en México, en Estados Unidos y a las condiciones del mercado, pues mientras los estadunidenses sigan consumiendo la cantidad de drogas que se meten por boca, nariz y venas, habrá siempre alguien dispuesto a correr los riesgos y a corromper a quien haya que corromper en ambos lados de la frontera para llegar al mercado.Disfrutemos la temporada de los niños cantores de Sinaloa, que sin duda van a explotar más de una bomba mediática que pondrá a temblar a varios poderosos -políticos, militares y policías- en México. Sin embargo, hay que tener claro que es eso y solo eso: el fin de temporada de una serie que tendrá más capítulos que una telenovela de Telemundo.