Platicamos la semana pasada en el noticiero radiofónico Líder Informativo, en el 91.9 de FM y sus plataformas digitales, con José Luis Monterde, síndico del municipio de Tlaquepaque, sobre los motivos por los que ese municipio rechazó constituir, con el resto de los ocho municipios del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), la primera Agencia Metropolitana de Gestión Integral de Residuos, popularmente conocida como el SIAPA de la basura.Pese a que el principal impulsor de esa figura fue Sergio Chávez, el alcalde de Tonalá, correligionario morenista de la alcaldesa de Tlaquepaque, Laura Imelda Pérez, consideran que, en los términos que se formó esa Agencia, no ayuda a su municipio a mejorar ese servicio, aunque están de acuerdo en que es necesaria una estrategia metropolitana para este y otros servicios.Monterde rechazó que sean motivaciones políticas las que estén detrás de esta postura, y reveló que irán más allá. Que desde Tlaquepaque propondrán en breve todo un replanteamiento para modificar el Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan), porque consideran que no ha cumplido sus tareas y ha privilegiado a Guadalajara y a Zapopan, en detrimento del resto de los municipios.Por eso entrevistamos también en radio a Patricia Martínez, quien desde hace tres años dirige el Imeplan. En la charla, lamentó que Tlaquepaque no se hubiera unido a la agencia y defendió la solidez técnica de los trabajos de ese instituto. Le dio incluso la bienvenida a las críticas del Gobierno de Tlaquepaque para que se debatan al seno de la Mesa de Coordinación Metropolitana, que integran los alcaldes de los otros ocho municipios metropolitanos (Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tonalá, El Salto, Ixtlahuacán, Juanacatlán y Zapotlanejo) y el Gobierno estatal.Discutir, a 11 años de su creación, cuál ha sido el aporte del Imeplan y si se ha avanzado o no en la búsqueda de tener una ciudad que funcione mejor para dar mayor calidad de vida a sus habitantes, como era su propósito original, es, por donde se le vea, un debate pertinente.Como le he comentado aquí, uno de los factores que afectó negativamente al Imeplan casi desde su inicio es que no resistió los vaivenes políticos ni de las primeras elecciones que le tocó vivir en 2015. Eso lo debilitó institucionalmente por el manoseo político del que fue objeto luego de esa jornada electoral, y cuando por lógicas partidistas se pidió la renuncia involuntaria de su primer director, Alberto Orozco, quien había sido nombrado hasta 2017, para colocar ahí a Ricardo Gutiérrez Padilla, allegado a las nuevas autoridades emecistas.Se perdió, en ese momento, la esencia de un Imeplan que se anheló por décadas como un espacio de planeación urbana de expertos y un consejo ciudadano, ajenos a la lógica de las disputas de poder partidista, que le dieran rumbo a la metrópoli y que respetaran la clase política y gubernamental.Por eso, una revisión a los procesos, las tareas y resultados del Imeplan, pasada una década de su creación, vendrá muy bien ante una ciudad que se sigue colapsando a la menor provocación.