Sábado, 07 de Diciembre 2024

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Concha Mojica

Por: Maya Navarro de Lemus

Concha Mojica

Concha Mojica

La Secretaría de Cultura del gobierno de Jalisco me obsequió este libro de Concha Mojica, seleccionada y prologada por Miguel García Ascencio a quien pido disculpas por mutilaciones por espacio. Diseño de Avelino Sordo Vilchis, aunado con mi gratitud por tan valioso ejemplar.

Miguel G. Ascencio dice: el mejor biógrafo de quienes escriben es el mismo poeta. “El medio de Concha no fue de ostentación, tampoco de carencias. Retrató casas de tertulias, piano para interpretar a Beethoven y Chopin, y algarabía familiar. Para Concha el inmueble en que estuvo su colegio, casa familiar al dibujar los objetos se delineó en parte ‘estigmatizando San Francisco’ esterillas de Michoacán, vivencias de holgura y desparpajo, al menos durante su infancia y juventud. Después la poeta se ve fabricadora de píldoras y destilados para desayunar con jugo de naranja en el zaguán con flores. La mansión colonial que describe en un poema tal vez no es en la que vivió, quizá alguna que visitó propiedad de amigos de la jerarquía eclesiástica, católica. Como leonesa procedente de Arandas en los Altos, donde nació el 18 de mayo de 1908. Con 10 años de edad sufren la evacuación de Arandas por el temible bandolero José Inés Chávez García, teniendo la experiencia que las fuerzas federales Carrancistas no lo perseguían como lo habían hecho en Degollado, antes que los Cristeros dominaran la zona en 1926, hecho que deja secuelas en el ánimo familiar, así como la influenza española que costaría al mundo millones de muertos, en Arandas perecían familias completas. Todo esto plasma la niñez y su personalidad, escuchando rumores de vandalismos obregonistas, villitas, carrancistas, emigrando a León ‘en el alba/ de nuestra mutua/ eclosión  esporádica’. Asistía a la parroquia y a la escuela primaria con la Siervas de Jesús Sacramentado (actualmente colegio Nueva España )Leía a San Juan de la Cruz, leyendas de su edad, y Soliloquios de San Agustín a Grimm y Schimdt. ‘Callecita del Santuario/ de ondulación altibajo/ como gusano de seda/ o carrusel de la infancia’. Ella anduvo esa ruta como ‘serpentina/ gris y verde/ roja y blanca/Cita con mis 13 abriles/ y mis primeras nostalgias’ . ‘El Alma de las cosas’, único libro publicado”.

“El exilio siniestro de la guerra nos arrojo a los más, en tu regazo; de toda latitud, trajimoste una recolección de sangre y barro”. En León se entusiasma con la farmacopea con certificado de la Secretaría de Salud. Abre su botica La Palma, responsable de ella hasta su muerte. Fundó el grupo literario Oasis en 1949, y edita la revista “Afición a las Bellas Artes”. El primer número sale en 1950, siendo directora de 1951-1958 año de su muerte. Entró en relación con grandes poetas como Paula Alcocer, J. Trinidad Plascencia. Concha dejó escasos poemas sobre el amor. “Por eso” es una biografía espiritual: “su boca marchito la risa”, “ fue su conjunción adversativa/ constante/” pero “por eso floreció mi alma en el seco/ erial de la injusticia”. El sujeto que la desencantó le mereció “Boca Impía” y la poeta pegunta: ¿Por qué mentirme así? ¿que no sabía? ¿Que el tiempo fiel me mostraría su error? Si no me amó, ni nunca me amaría, ¡para que difundirlo en derredor!

El siguiente poema, más que un resumen, es un panorama del sentir de la poeta: “Tus cosas, el tiempo y yo”.

“Tus cosas, el tiempo y yo, al amar, infinitivo, proclaman ser en activo lo que a pasivo, pasó. De tu historia me quedó presente el modo; y tu engaño fue para ti desengaño con tiempo que no volvió…

Pues nunca se te ocurrió que lo que, en ti, fue pasado, presente está, bien guardado, en la forma que asumió para mí, ya que vivió dentro de mi abstracción fatal, Amor y Amar: ideal que en doble ser, se tornó.

El futuro te ofuscó con persona, tiempo y modo; la afirmación de tu todo subjuntivo se trocó. Lo que en ti abstracto pasó, concreto en mi sigue siendo: mientras sigan existiendo: tus cosas, el tiempo y yo”.

Muere de cáncer en Ciudad de México el 25 de agosto de 1958.

Y en la calleja vacía sigue su nada viviendo la vida que por tu sombra con mi muerte voy haciendo…

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