La psicología de la toma de decisiones nos ayuda a comprender cómo es que una persona va a tomar la decisión el 1 de julio de por quién votar. Desde luego que no es algo sencillo de analizar, pero de alguna manera las investigaciones que hemos consultado nos permiten tener una primera aproximación al fenómeno en cuestión.Por principio, una decisión implica que existan alternativas, pues de lo contrario no hay opción. Una vez que la persona ve que hay otras, entonces su conocimiento de las otras depende de qué tanto sabe de ellas. Y es aquí en donde comienza el problema. Se necesita tener muy claro a qué te conduce cada una de ellas. De lo contrario es muy fácil equivocarnos.Veamos un ejemplo, como encontrarse en una estación de autobuses y por los menos cuatro líneas te llevan al mismo destino ¿A cuál le compras el boleto? La mayoría de la gente va y pregunta y si quiere el más barato, pues la decisión ya está tomada, pero si es el que haga menos escalas, o esté más cómodo, o si es temporada alta y tenga disponibilidad, entonces las cosas cambian. Hay que estar más enterado para tomar la decisión.En el caso de una decisión electoral no es igual, pues en realidad los votantes no conocen las opciones -mucho menos a fondo- y ni siquiera va y pregunta lo que significa votar por uno u otro candidato. Es más, suele elegir sin conocer las otras propuestas, que ni se ha tomado la molestia de indagar. Bueno, ni siquiera se entera previamente del nombre del diputado o senador por el que le corresponde votar.¿Cómo es que le llamamos el día de las elecciones, cuando la mayoría de las personas no hacen una?Ciertamente tachan una boleta, pero no estudiaron ni conocieron efectivamente las otras opciones y sus implicaciones.Es aquí donde entra el proceso previo de inducción política; en manos de la propaganda y la mercadotecnia influyen para que los ciudadanos no tomen la decisión en ese momento, sino ya la lleven configurada a las urnas.Se ha comprobado que las decisiones tienen que ver con el nivel de conciencia y conocimiento que se tiene de una realidad especifica. Pero también lo determina mucho la conveniencia y la atracción. Lo que sientes que te beneficia más o te perjudica. Los factores de agrado y desagrado afectan mucho la elección.Puede ser una decisión lógica o una intuitiva, al igual que el ambiente en el que te desenvuelves juega un papel muy importante. Hasta el lugar en el que vives puede influir en la decisión.Así que una decisión electoral está envuelta en muchas misteriosas variables, que pueden cambiar en cualquier momento. Así como hay personas altamente convencidas de su voto, y es inquebrantable. Hay muchas otras que seguirán indecisas y fluctuantes.Lo que si nos queda claro es que mucha gente no toma decisiones conscientes, razonadas y con plena responsabilidad.
