Viernes, 26 de Abril 2024

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Catástrofe nacional forense y en desapariciones

Por: Rubén Martín

Catástrofe nacional forense y en desapariciones

Catástrofe nacional forense y en desapariciones

La tragedia de los tráileres con los cuerpos errantes que deambularon por la Zona Metropolitana de Guadalajara no sólo exhibió al Gobierno de Jalisco por el negligente manejo de personas de la morgue estatal. Al mismo tiempo reveló que el manejo ilegal e indigno de cuerpos en las morgues no es exclusivo de Jalisco sino que se extiende a todo el país, para constituir una verdadera tragedia nacional. No es una exageración.

A pesar de la indignación y el enojo nacional provocados por los tráileres con los cuerpos errantes, todavía no tenemos plena conciencia de que la crisis y la catástrofe son mucho mayor de lo que nos imaginamos.

Ayer el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, dio a conocer información detallada sobre personas desaparecidas y no identificadas. Las pongo renglón por reglón para retener un poco más estos escalofriantes datos.

37,485 desaparecidos reconocidos oficialmente en todo el país

26,000 tienen registros completos

16,000 tienen “identificación biométrica” (huellas dactilares y fotos)

4,500 coincidencias

340 ¡solamente reconocidos por su nombre!

300 de esos 340, son desaparecidos de hace más de 10 años.

Son datos que abruman. Abruman porque nos obligó a reconocer la crisis que tenemos derivada de la guerra, en el tema de personas desaparecidas y de los servicios forenses del país.

Navarrete Prida admitió que sólo hay 4,500 coincididas entre los cuerpos que esperan en las morgues y otros datos oficiales que pueden ayudar a identificarlos. Y de las coincidencias se informa que únicamente se han identificado por nombre a 345, de los cuales 300 son de casos ocurridos hasta 2008. Es decir, apenas se tienen los nombres de 45 personas desaparecidas en los últimos 10 años.

El mismo Navarrete Prida admitió que el trabajo completo de identificación podría durar varios años, y eso si por arte de magia las desapariciones cesaran. El mismo secretario de Gobernación señaló las tareas por hacer: que funcione el Sistema de Búsqueda en Vida, buscar en los registros de los albergues y centros de tratamiento de adicciones y hospitales para saber si las personas denunciadas como desaparecidas viven. Y todos estos datos unificarlos en un registro nacional. Con ellos, admitió, se dará “respuesta a millones de familias”.

La pregunta es ¿por qué demonios no han hecho todo esto? Si hace años que por tratados internacionales se debería hacer y es lo que han exigido las familias que tienen desaparecidos desde hace varios a años.

Claramente las palabras de los burócratas no son de fiar. Ayer mismo el primer visitador de la CNDH, Ismael Eslava, denunciaba que hay 25 estados que no han integrado su comisión estatal de búsqueda y que 11 no cuentan con la comisión de atención a víctimas.

Por todas las omisiones y complicidades estatales tenemos una guerra en el país desde hace 12 años; años en los que se ha ido incrementando el número de personas desaparecidas hasta más de 37 mil. Y de ellas, solamente se tienen identificados a 345. Es una crisis enorme, atroz. Tenemos que remediarla desde la sociedad, desde abajo. Desde el Estado sólo se ofrece burocracia, negligencia, simulación y administración de la guerra y la tragedia. Ya basta.

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