El viernes pasado, que se cumplió un año de que los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán traicionaron a quien fuera como su segundo padre, Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador, junto con su papá, del Cártel de Sinaloa, para someterlo y llevarlo a los Estados Unidos en un vuelo furtivo, también se cumplieron doce meses de impunidad para el gobernador de aquel Estado en llamas desde ese día, Rubén Rocha Moya, y para su primera fiscal, Sara Bruna Quiñónez.Cosa de recordar que ambos personajes quisieron engañar y ocultar el asesinato del diputado electo Héctor Melesio Cuén, que se dio en el mismo lugar donde citaron con engaños a Zambada, aquel 25 de julio de 2024.El cuento de que había sido asesinado en una gasolinera donde lo quisieron asaltar, y que quisieron documentar con un video prefabricado, los exhibió como falsarios cuando el abogado del Mayo difundió, días después, la versión de su cliente en una carta en la que sostenía que los Chapitos lo citaron a él y al gobernador Rocha Moya para resolver las diferencias por el control de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) que tenían el mandatario estatal y Cuén, ambos ex rectores de esa casa de estudios, y que fue ahí donde lo mataron.En vez de investigar y detener a la fiscal por intentar encubrir un asesinato, simplemente le pidieron que renunciara al cargo ante el Congreso estatal, y no comprometer más al gobernador, que ese día dijo que había salido a Estados Unidos de viaje para negar la versión del abogado de que había estado en la reunión en la que asesinaron a su adversario Cuén.El sostener a Rocha Moya como gobernador en Sinaloa, pese a sus claros vínculos con el narco, que él mismo reconoció en campaña, cuando declaró que nadie podía ser gobernador de ese Estado sin ponerse de acuerdo con los narcos, además de no poder resolver una narcoguerra que dejó ya más de mil 800 muertos, un número similar de desaparecidos y toda una crisis económica, ha sido factor para que desde Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump haga cada vez más reclamos del poder de los cárteles de la droga en México.Ovidio Guzmán fue extraditado a EU un año antes de la entrega de su hermano Joaquín y del Mayo a la justicia estadounidense, y hace apenas unos días se convirtió en testigo protegido y se le sacó del sistema penitenciario. Esa situación consolida la versión de que la extracción de México del líder del Cártel de Sinaloa, al que en México nunca se le detuvo, estuvo coordinada entre los Chapitos y alguna de las agencias antidrogas del todavía Gobierno de Joe Biden.Un operativo del que Estados Unidos nunca ha dado información ni a Andrés Manuel López Obrador ni a la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum, pese a que ambos la han pedido, al igual que han reclamado que la violencia en Sinaloa la desató esa intervención, como un reclamo implícito de que acabaron con la Pax Narca, a la que parecían apostar.