¿Cómo lo llamamos: artístico, comercial, independiente…?Al público le vendría bien saber que no todo el teatro de la ciudad es igual, y punto. Tratado a profundidad, el tema se vuelve mucho más complejo. Artistas y críticos como Martín López Brie y Rubén Ortiz han escrito este año sobre el desafío que implican estas definiciones para el teatro contemporáneo de México. Una primera respuesta, reducida aquí hasta la simpleza, es que distingamos el teatro comercial, hecho para vender boletos u otros productos, del teatro “de arte” (a López Brie le sirve ese nombre), que son espectáculos con el objetivo principal de exponer un discurso de aspiraciones artísticas: reflexión crítica sobre una cuestión universal, revisión de un tema por interés estético, discusión de asuntos de interés público con perspectivas alternativas.Hay una coincidencia en esos rasgos: ese teatro “de arte” es primordialmente experimental. Es decir: sus profesionales lo utilizan para indagar en temas y conflictos diversos y exponer luego en un espectáculo los imprevisibles resultados de tal indagación. El fin es expresivo, pero el método implica investigación, riesgo, capacidad de asombro… y el mayor dominio técnico posible, para que la exploración sea más exitosa.El teatro “de arte”, pues, no tiene como principal rasgo, para nada, ser diferente del teatro “comercial”. Es muy comercial, pues los teatreros pretenden vivir de él. Y suelen no ser independientes, dado que muchos dependen de recursos del gobierno (becas, fondos de apoyo, foros públicos).López Brie detecta más factores fundamentales, como el modelo de producción y los objetivos de los espectáculos: si la intención es ganar dinero, lo más probable es que quien produzca una obra se esforzará por lograr muchos ingresos (cobrará boletos caros, venderá recuerditos, tendrá un actor famoso) y por reducir los costos tanto como sea posible. El teatro “de arte”, el experimental, para empezar, se tomará todo el tiempo necesario para llegar a la forma expresiva que los artistas están buscando. Lo que una actriz profesional, un escenógrafo ambicioso o un vestuarista exigente logran con meses o años de trabajo es, por supuesto, bello y muy memorable.Este Glosario quiere proponer, pues, la etiqueta de “experimental” a nuestro teatro de arte tapatío. El adjetivo permite agrupar a sus variados estilos y formatos y reconocer algunos rasgos estructurales. Por ejemplo: en este siglo, nuestros teatreros cohabitan en un mercado donde hay todo tipo de escuelas, tendencias, corrientes, estímulos e influencias para la creación original y rica. Le falta aprender muchas cosas, pero eso es materia aparte. Este Glosario quiere decirle al público que en Guadalajara se hace teatro profesional con drama clásico, ambiciosas vanguardias expandidas, danza y performance, circo y clown, títeres y teatro para niños… o cabaret como el que presenta este mes el primer Festival de Cabaret Guadalajara. Y que los artistas locales van de un punto a otro de este enorme espectro porque, en todos, son capaces de mostrar trabajos profesionales.Este viernes 16 por la noche, por cierto, hay fiesta cabaretera en el Foro Periplo, con los egresados de un taller a cargo del aplaudido actor César Enríquez. 20:00 horas, 50 pesos, Foro Periplo a la vuelta del Templo Expiatorio.Cartelera: agoragdl.com.mx.
