Miércoles, 07 de Mayo 2025

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Asesinato de activistas en Jalisco

Por: Rubén Martín

Asesinato de activistas en Jalisco

Asesinato de activistas en Jalisco

Karina Ruiz Ocampo, María del Carmen Morales, Jaime Daniel Ramírez Morales, Teresa González Murillo, Juan Pablo Alonzo Estrada, Abraham Alejandro Gobel, Higinio Trinidad de la Cruz y Verónica Patricia Guerrero. Estos son los nombres de algunos activistas, buscadoras y defensores del territorio y derechos que han sido asesinados en años recientes en Jalisco. Los cinco primeros en lo que va de este año, lo que confirma un contexto extremadamente peligroso para los defensores de derechos humanos en Jalisco.

El caso más reciente es el de Karina Ruiz Ocampo, desaparecida el 13 de abril en su casa en El Arenal y encontrada asesinada en Amatitán el pasado 3 de mayo. Karina Ruiz exigía agua potable en el fraccionamiento La Cima, de El Arenal, y había recibido amenazas por su lucha por los derechos humanos, reveló Tania Casillas, periodista de Mural.

Apenas el pasado 23 abril, María del Carmen Morales, de 43 años, y su hijo Jaime Daniel Ramírez Morales, de 26, fueron asesinados en la noche en un parque del municipio de Tlajomulco, donde residían y donde en febrero de 2024 su hijo Ernesto Julián, de 19 años, fue privado de la libertad y desde entonces se encuentra desaparecido. María del Carmen Morales era integrante del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, la organización de familias buscadoras que reveló los rastros e indicios del centro de entrenamiento y exterminio en el Rancho Izaguirre en Teuchitlán. 

En el mismo mes, el día 2, se confirmó la muerte de Teresa González Murillo, quien fue arteramente agredida a balazos en su domicilio el 27 de marzo. Teresa González era conocida por su liderazgo de los comerciantes ambulantes del Centro de Guadalajara, y desde el año pasado se había incorporado al colectivo Luz de Esperanza, tras la desaparición de su hermano Jaime González, en el Centro de la ciudad en septiembre de 2024. 

También agredido y asesinado en su domicilio cayó, el pasado 30 marzo, Juan Pablo Alonzo Estrada, activista por la paz y la seguridad en Teocaltiche. Él era integrante del Frente Teocaltiche por Nuestra Gente, que exigía seguridad en el municipio. Se asegura que fue un grupo armado del cártel Nueva Generación el que ingresó a su casa para asesinarlo. 

Estos asesinatos de activistas, mujeres buscadoras y defensores de derechos se suman a las muertes de otros activistas asesinados en años recientes, entre ellos el de Abraham Alejandro Gobel, asesinado en las calles de San Pedro Tlaquepaque el 3 de noviembre 2024. Alejandro Gobel era presidente de la Asociación de Talleres para las Emisiones y Reparaciones Vehiculares, una organización que se destacó por cuestionar el programa de verificación obligatoria y crítico de las políticas recaudatorias del gobernador Enrique Alfaro Ramírez. 

Un año antes, el 24 de noviembre 2023, Higinio Trinidad de la Cruz, defensor del bosque y los bienes comunes de la Sierra de Manantlán, había sido reportado como desaparecido tras acudir a una cita en las oficinas de la presidencia municipal de Cuautitlán de García Barragán. Un día después, su cuerpo fue localizado sin vida en la misma sierra. El caso de la desaparición y asesinato de Higinio Trinidad de la Cruz se suma a decenas de comuneros y ejidatarios de Manantlán que han sido asesinados en décadas recientes por defender su territorio. 

En este listado, incompleto y no exhaustivo, debe recordarse a la abogada Verónica Patricia Guerrero, asesinada a balazos el 3 febrero 2022 en Tonalá. Ella había recibido amenazas, intimidaciones, y agresiones por parte de pepenadores y trabajadores de Caabsa por oponerse a que la empresa tirara basura en el sitio de Matatlán y defender a los vecinos de Urbi Quinta en Tonalá. 

La intimidación, vigilancia, persecución, criminalización y hasta las desapariciones y asesinatos han formado parte de la historia de los movimientos sociales en Jalisco. En otros momentos de la historia, desde el Gobierno o los grupos económicos y de interés se aplica un amplio repertorio de prácticas represivas para intimidar e inhibir la protesta social. Lamentablemente, los casos ocurridos apenas en lo que va del año nos indican que la defensa del territorio, de los derechos y de la vida en el caso de más mujeres buscadoras, lamentablemente las pone en un alto riesgo de recibir agresiones o terminar asesinadas. No debemos permitir que el derecho a exigir derechos sea un peligro de muerte en Jalisco.
 

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