Viernes, 29 de Marzo 2024
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Arboledas Sur y la represión política

Por: Rubén Martín

Arboledas Sur y la represión política

Arboledas Sur y la represión política

Nueve personas, tres vecinos y seis estudiantes fueron detenidos arbitrariamente y de manera violenta por elementos de la Policía municipal de Guadalajara, mientras participaban en una protesta pacífica contra la intervención urbana del ayuntamiento en el bosque Arboledas del Sur.

El predio se encuentra en el Sur de la ciudad, en las faldas del cerro de Santa María y la historia de la propiedad es parte de un extenso y complejo litigio jurídico cuyos antecedentes se remontan a la comunidad indígena de Santa María Tequepexpan.

Dicha comunidad reclama esos terrenos como suyos, sin embargo hay particulares que ostentan escrituras mediante las que reclaman la propiedad de los mismos.

El litigio jurídico por la propiedad de esas tierras es el contexto en el que se desarrollan omisiones de parte del Gobierno municipal, un proyecto de intervención urbana y un proyecto inmobiliario que generaría lucrativas ganancias para los particulares. A esto se añade la oposición de los vecinos para que se intervenga dicho bosque porque lo consideran la punta de lanza para los negocios inmobiliarios. No alcanzaría el espacio para detallar este conflicto legal-urbanístico-inmobiliario y social. Me voy a detener solamente en la criminalización y represión que han sufrido los vecinos y personas que se han solidarizado con esa lucha.

Como se sabe, el lunes pasado, un plantón convocado por los vecinos terminó con la detención violenta de nueve personas. Esta detención, el trato a los detenidos, las descalificaciones que han sufrido ellos y todo el movimiento de los vecinos es un caso típico de represión política.

La organización de los vecinos convocó a otros sectores sociales a sumarse a la defensa del bosque. Las movilizaciones que han hecho los vecinos desde hace meses, se intentaron detener el lunes pasado ordenando un aparatoso operativo policiaco y la detención de las nueve personas aludidas. La represión no comienza sólo con la violencia, inicia desde que se estigmatiza y criminaliza a los manifestantes. Se les intenta descalificar diciendo que la protesta se ha “politizado” y que hay “intereses ajenos” a los de los vecinos.

Por lo general se lanza una provocación para generar respuesta violenta de los manifestantes y así justificar la intervención policial. Todo eso ocurrió el lunes y este operativo represivo fue evidenciado con los diversos videos grabados y circulados en redes sociales por los vecinos. De manera indigna, a los detenidos se les arrojó a la parte trasera de la camionera como si se tratara de sacos de papas. Un paso clave en los casos represivos es la imputación de delitos a los manifestantes: en este caso el Gobierno municipal delitos contra representantes de la autoridad, lesiones y daños a las cosas. Ya apresados, a los detenidos se les violaron otros derechos y se les amenazó con otras formas represivas. No obstante, la detención fue tan evidentemente ilegal que un día después el Gobierno municipal declaró el “perdón” a los detenidos.

En lugar de generar y propiciar un diálogo con los vecinos, respetar los derechos originarios de propiedad, el Gobierno municipal apostó por la represión política para empujar una intervención, aparentemente para facilitar un negocio inmobiliario. Este caso muestra que la represión política sigue siendo el patrón de relación del Estado (y sus gobiernos) con los movimientos sociales.

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