Vaya personaje que es Donald Trump. Un ejército de abogados lo asesoran para tratar de salir bien librado de 91 cargos en cortes estatales y federales, pero “despacha” como si fuera presidente. Así como promete derogar la Ley de Atención Médica, exige a los estados fronterizos del sur que desplieguen a la Guardia Nacional para evitar “la invasión inmigrante” y orienta a los republicanos sobre la manera como deben de manejar la propuesta de la Casa Blanca sobre la reforma migratoria. Aún no consigue -aunque está muy cerca- la nominación republicana y la mayoría de su tiempo lo dedica a las comparecencias en los tribunales sobre los cargos que hay en su contra, pero él “actúa” como si nada pasara y como si tuviera “el sartén por el mango”.La semana pasada el mismo presidente Joe Biden se hizo una pregunta en voz alta: ¿Cómo es posible competir contra un hombre que ya tuvo el puesto, nunca admitió su derrota electoral y ya actúa como si tuviera el puesto?.La verdad es que Trump tiene controlado al partido republicano, tiene una base electoral que le es muy leal, “maneja” a legisladores a su antojo y en el consenso general de los ciudadanos -según las encuestas- lo favorecen para que regrese a la Casa Blanca. Por eso se maneja como nominado y actúa como “presidente”, sin que nadie lo desafíe, a pesar de la “cola muy larga” que tiene que le pisen.El control de Trump es total en la bancada republicana del Congreso. El asunto de la propuesta migratoria es el mejor ejemplo. El presidente Biden -acorralado por sus presupuestos de ayuda a Ucrania e Israel- dijo estar dispuesto a firmar el proyecto bipartidista y hasta cerrar la frontera -Ojo, cerrarla al paso de inmigrantes que solicitan asilo-, sin embargo Trump ya “recomendó” no hacerlo, sencillamente porque la medida representaría un triunfo político para Joe Biden.Ayer, en Estados Unidos se dio a conocer el libro de memorias “La habitación donde ocurrió”, escrito por John Bolton, quien durante 17 meses -entre 2018 y 2019- fue asesor en la Casa Blanca en la administración de Donald Trump. El alto exfuncionario se refiere al exmandatario como carente “de una filosofía política ni una perspectiva política coherente”, interesado en castigar a sus enemigos personales y apaciguar a sus adversarios. En el libro Bolton habla de una segundo periodo de Trump en Washington, representaría una amenaza porque podría abandonar la alianza de seguridad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -lo que representaría una deferencia para Moscú-, así como frenar los apoyos económicos a Ucrania y enfrentar de manera más agresiva a China. Lo califica como egoísta, que quería estar rodeado de “una Casa Blanca de siervos”, preocupado “casi exclusivamente por sus propios intereses” y advierte que “Trump no es apto para ser presidente.Si sus primeros cuatro años fueron malos, unos segundos cuatro serían peores.Todo un personaje el expresidente, que al paso que lleva el proceso electoral norteamericano -a pesar de los procesos legales en su contra- “pinta” y “va que vuela” para regresar a despachar cuatro años más en el 1600 de la Avenida Pennsylvania en Washington.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguez daniel.rodriguez@dbhub.net
