Parece algo increíble, pero muy cierto y frecuente. Las personas acaban padeciendo de una extrema dependencia a su trabajo, de tal manera, que llegan a un punto de no poder dejar de ir a trabajar porque se llegan a sentir deprimidos y que están perdiendo la oportunidad de ganar más dinero y de producir más.En el fondo, es una dependencia a ganar dinero, a pagar deudas, alimentar la ambición y a huir del no hacer nada o de temerle al ocio y al esparcimiento."Los workaholics" como se les suele llamar también, sólo tienen la vida puesta en trabajar y trabajar, por encima de todo. No les importa la familia, los amigos y otras actividades que no sean aquellas ligadas a su productividad laboral. El trabajo, antes que nada, desde el amanecer hasta las últimas horas de la noche. Es una necesidad extrema puesta en estar ocupados y dedicados a sólo lo que les deja una ganancia y una utilidad.Es muy cierto que encuentran, en sus actividades laborales, un cierto gozo y placer, incluso se llegan a apasionar tanto con lo que hacen, que nada alternativo parece competir con su plena entrega a lo que más les gusta.La queja de sus seres cercanos es muy clara y contundente, el adicto al trabajo, sólo tiene ojos para sí mismo y el cumplimiento irrestricto de sus tareas. No tiene espacio en su agenda para algo más allá de sus compromisos, pero eso sí, cuando se trata de la "chamba" entonces si tienen todo el tiempo y el dinero para invertir. Y eso, es lo que le acaba molestando mucho a sus seres queridos, pues además suelen ser patéticos a la hora de no asistir a un evento familiar importante, porque sale con el típico "es que tengo un compromiso de trabajo muy importante" y sin darse cuenta de que les está diciendo, en su cara, que ellos son menos importantes que su trabajo.Es cuestión de hacer conciencia de los valores que tenemos y de a qué o a quién le damos más importancia.Pero para dejar de ser adicto al trabajo, lo primero es aceptar que ya lo eres. Y así poder dejar de tener tanto apego y decidir tener una vida más equilibrada, para tratarle de dar más importancia a la familia y a los amigos.
