A finales del mes pasado en este mismo espacio escribimos una reflexión que llevaba como título ‘No cometamos el mismo error’, refiriéndonos a que todos los estados en el país estaban en semáforo verde respecto a la pandemia y cómo se relajaban las medidas sanitarias en todos los círculos de la sociedad. Aunque no es alarmante el incremento del número de casos que se reportan en las últimas semanas, las estadísticas oficiales -en México y en el mundo- muestran un preocupante aumento de contagios así como de decesos con las nuevas variantes que han surgido del virus. En pocas palabras, la pandemia continúa y el problema no ha sido controlado.Pues a pesar de esa circunstancia esta semana nos sorprendemos con dos noticias: En Estados Unidos un fallo judicial determinó no hacer obligatorio el uso de mascarillas para los viajeros en los transportes públicos, mientras que en México el presidente López Obrador anunció que “se termina el plan de vacunación” especial que se venía desarrollando con motivo de la pandemia y que no se contempla la segunda dosis de refuerzo, salvo algunas excepciones.Ambas decisiones son malas noticias, desde cualquier punto que se le vea.Con los vecinos del norte, la decisión -de la que la mayoría de los ciudadanos no está de acuerdo según las encuestas- no es final, ya que el Departamento de Justicia y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) no están de acuerdo y recurriran a la apelación de la determinación, posición que es apoyada por el presidente Joe Biden. Así que es muy probable que se dé marcha atrás.Y en México, aunque el presidente dijo que las vacunas continuarán disponibles en centros comunitarios y de salud, eliminando el operativo de los centros especiales de inmunización, no parece ser una decisión bien analizada por las circunstancias que prevalecen en el país con respecto al virus. Los números son la mejor explicación a esto. Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), solamente el 62.5 % de los mexicanos estamos vacunados con las dos primeras dosis; de ese universo solo el 33.4% tiene el primer refuerzo, lo que significa que 42.3 millones de mexicanos no han recibido ni siquiera una inmunización. La conclusión es que no se cumple con la inmunidad de rebaño, que se logra cuando la vacunación ha llegado por lo menos el 70 por ciento de la población para lograr disminuir la transmisión del virus.Parece apresurado, absurdo y lamentable que el gobierno tome una decisión tan a ligera cuando la ciencia y la Organización Mundial de la Salud recientemente acaban de advertir “Esta pandemia está lejos de haber terminado”. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net