Con bombo y platillo Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, dijo que el Presidente Andres Manuel Lopez Obrador sostendria el viernes una conversación telefónica con Joe Biden, nuevo presidente de Estados Unidos. En la mañana del jueves se le preguntó al mandatario mexicano sobre el asunto y su respuesta sorprendió. Dijo que consideraba que no era necesaria la llamada, porque ya había hablado con anterioridad, además que no había ningún pendiente por tratar. “Pues, la verdad que ya hablamos, tuvimos una muy buena conversación desde Valladolid, Yucatán y tocamos todos los temas”, refiriéndose a la comunicación que tuvieron el pasado 19 de diciembre.Es desconcertante, decepcionante y preocupante la actitud del presidente, López Obrador debería estar más abierto y entusiasmado a este tipo de comunicación y empezar a entablar un diálogo de más acercamiento del que parece no quiere tener, sobre todo cuando en estos momentos muchos dedos al norte de la frontera apuntan a México por la posición asumida a favor de Trump y las descortesías que tuvo hacia los demócratas en su visita a Washington. En muchos círculos se habla de que al sur del Río Bravo no se tendrá un vecino y socio accesible, sino un obstáculo en el patio trasero.Cuáles son los motivos de López Obrador de buscar evitar el contacto directo -el ver cara a cara- a Biden que es su principal socio comercial, con el que comparte 3,200 kilómetros de frontera y donde viven 36 millones de personas de origen mexicano. Además que comparten problemas gravísimos y de resonancia internacional, como el narcotráfico hacia el norte, la venta de armas hacia el sur y en donde en la frontera del lado mexicanos se encuentran casi 25 mil personas -más las que están por llegar- de diferentes países esperando se resuelva su petición de asilo.¿No son motivos suficientes para buscar, no uno, sino un diálogo permanente ante problemas monumentales y que afectan a las sociedades de ambos países?.¿Cuáles son los motivos que orillan a López Obrador a voltear la cara y no enfrentar el problema?.Da la impresión de que rechaza el diálogo por no saber a profundidad de los temas conjuntos o no estar preparado para hablar de estadista a estadista cuando dice que “la comunicación entre los servidores públicos de Estados Unidos y México ya están enlazados, están trabajando ya de manera conjunta”.Es avergonzante, es desconcertante por la actitud y falta de personalidad total, lo que debe ser motivo de mucha preocupación. ¿Usted, qué opina?
