Martes, 19 de Marzo 2024

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“Vete de aquí, ca…”

Por: Ivabelle Arroyo

“Vete de aquí, ca…”

“Vete de aquí, ca…”

Yo también vi el video. Dos policías impiden el paso a un señor en una unidad deportiva, lo intentan alejar. El hombre manotea, pero no llegan a los golpes, pues los policías se muestran firmes sin ser agresivos. El hombre grita: “¡El Presidente me dijo cabrón!” e insiste en avanzar, quiere ir hacia el alcalde, pero en vano: los dos uniformados son un muro. El presidente aludido se acerca, es Enrique Alfaro, y ahora sí lo escuchamos decirle cabrón.  Le pregunta que si quiere golpearlo (el hombre dice que no) y termina aventando un “Vete de aquí, cabrón”, de esos que se lanzan a quien no importa, pero importuna.

Este incidente está incompleto. Está descontextualizado, como todos los videos que se viralizan, y puede prestarse a equívocos: nos falta el capítulo anterior.

El video no sirve para saber si el señor iba a provocar al alcalde, si quería retarlo a golpes, si lo empujó o no, si era un ciudadano ejerciendo su derecho, o un priista auténtico que odia a Alfaro, o un católico enfurecido con la escultura o un vecino al que pagaron por ir a hacer escándalo. Si fuera este el caso, es imposible saber sólo con el video la identidad (católica, tricolor, albiazul o arcoíris) de quien pidió al señor que aprovechara la mecha corta de Alfaro en la unidad deportiva.

El presidente municipal, sin embargo, no tuvo duda alguna y de inmediato advirtió que era un enviado del PRI, una persona sin “oficio ni beneficio”. Ignoro si esto es porque tiene datos que no comparte o porque no concibe que haya un ciudadano molesto con él cuando todos quieren verlo jugando futbol.

Si un señor (priista, panista o apartidista) quiso acercarse, se sintió agraviado, e incluso, empujó al alcalde, no debe ser echado de un sitio público y, muchísimo menos encarcelado. Ni una sola hora. Es, en el mejor de los casos, una protesta que deriva en una falta administrativa. En el peor, sólo una falta administrativa.

Pero quizá el alcalde tiene razón —y más información—, y este señor es un enviado de sus adversarios. ¿Puede entonces encarcelarlo, agredirlo y echarlo del parque? ¡Tampoco! El mundo está lleno de adversarios, algunos pagados, otros no. ¿Y a todos los va a echar del parque? 

No. Ni la política ni la vida pública pueden dignificarse así. Alfaro ha dicho en reiterados foros que la política puede y debe ser de otra manera, y tiene razón. Pero la otra manera no es esta. Si 15, o 100 o mil ciudadanos lo quieren porque un parque deportivo fue rehabilitado y quedó increíble, y por fin se usó el dinero en ello, qué bueno, pero esa no es razón para excluir, agredir y arrestar al que protesta, al que no lo quiere, al que no le gustó el parque o al que no le gusta él. Alcalde: hay otros gustos, otras miradas, otras prioridades. Algunas, sí, pueden ser de priistas (¡horror de horrores!), pero aun en ese caso, no se les echa.

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