A menos de un mes de que comenzaran a circular especulaciones sobre la posible venta de la franquicia del Atlas, la especie, al parecer, está en vías de confirmarse. Lo cual, hablando en plata, significaría que el equipo estaría en vías de iniciar la tercera etapa de su historia.En la inicial se mantuvo bajo la férula del club al que dio origen, ya que, en efecto, primero -en agosto de 1916- fue la iniciativa de formar un equipo de futbol, de un grupo de jóvenes tapatíos que habían contraído el virus del deporte al realizar estudios en Inglaterra, y más tarde la de formar el club deportivo que se asentó en el El Paradero, extramuros de la ciudad.Mientras el club crecía, se modernizaba y construía nuevas instalaciones -en Chapalita y Los Colomos-, las permanentes crisis del equipo de futbol motivaron la decisión de vender al Grupo Salinas, en diciembre de 2013, la franquicia del equipo profesional.Y ahora esto…*Como se planteaba ayer en este espacio, cuando los equipos de futbol les quedaron grandes a los clubes originales, no parecía haber punto de comparación entre el potencial de la marca Guadalajara y el de la marca Atlas. Mientras el primero había alcanzado dimensiones de fenómeno social en todo el país y en las ciudades estadounidenses en que hay comunidades mexicanas, el segundo escasamente trascendía los límites de la zona urbana de Guadalajara.Sin embargo, cuando el club decidió vender al equipo, hubo empresarios y profesionales de la mercadotecnia que advirtieron las notables perspectivas de la marca Atlas…*La primera estriba en que el nombre mismo puede tener una trascendencia universal, ilimitada. Atlas es un héroe de la mitología griega (“el sostén del mundo”) y su nombre es conocido en todo el mundo. La segunda es que al Atlas se le identifica con un estilo que privilegia los valores estéticos del futbol sobre los resultados: desde “La Academia” añeja hasta “Los Niños Catedráticos” y “Los Amigos del Balón”. Y la tercera se relaciona con la fidelidad inquebrantable de sus seguidores, como lo demuestra la devoción de miles de simpatizantes (masoquistas, dicen por ahí) que tres veces lo han acompañado al “Purgatorio” del descenso… y, en cambio, nunca lo han visto ganar un campeonato.Todos esos, bien visto, son activos del Atlas…, que, bien manejados, pueden traer tiempos mejores para el equipo.
