Viernes, 29 de Marzo 2024
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* Envidia

Por: Jaime García Elías

* Envidia

* Envidia

Hay un común denominador entre las notas del día relacionadas con los dos equipos que sostienen, con las piernas tambaleantes, la bandera de Jalisco en el máximo nivel del futbol mexicano…

En una esquina -¿la de los técnicos, por aquello de las simpatías mayoritarias…?-, José Saturnino Cardozo, deplora que el Guadalajara parezca traer “la brújula perdida”, principalmente porque su rendimiento en el partido copero de media semana ante Alebrijes de Oaxaca se quedó muy por debajo del ofrecido el domingo, en la Liga, ante el Toluca. En la otra -¿la de los rudos acaso, por la “malaria” que persigue al Atlas desde tiempo inmemorial…?-, Octavio Rivero, una de las caras nuevas en que están depositadas, hoy por hoy, las esperanzas de los devotos de la causa, califica de “fea” la situación por la que atraviesa el equipo, al que se le ha negado la victoria en las tres jornadas cumplidas de la Liga.

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Por supuesto, no es ninguna novedad... El Guadalajara, a despecho de los títulos conseguidos en la era de Matías Almeyda, ha sido, en los dos más recientes torneos de Liga, pálida sombra, triste caricatura del que obtuvo el más reciente Campeonato de Liga. El Atlas, lejos de transformarse en protagonista del certamen, como se esperaba a raíz de la compraventa de la franquicia, volvió en los últimos torneos a la querencia de la parte baja del tabulador.

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Una encuesta que se realizara entre los aficionados y un análisis que se hiciera en los medios, revelaría, muy probablemente, en efecto, que los equipos mandones, en lo mediático y en lo futbolístico, son, por una parte, “Tigres” y Monterrey; por la otra, América y (pese a su prolongada sequía de títulos) Cruz Azul.

Así, para quienes recuerdan los tiempos en que Jalisco se preciaba de ser “la capital futbolística de México”, por el Guadalajara “Campeonísimo” y por la relevante participación de Atlas y Oro en la competencia, y porque cuando se sumaron al elenco las dos universidades llegó a tener cinco equipos de Primera División -aunque ya para entonces se observaba un declive en el aspecto cualitativo-, genera un sentimiento muy parecido a la envidia (definida como el dolor por el bien ajeno) la incompetencia de los equipos locales ante los de Monterrey y la capital -principalmente-, que parten el queso… y acaparan las mejores rebanadas.

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