Viernes, 29 de Marzo 2024
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- Orgullo... y vergüenza

Por: Jaime García Elías

- Orgullo... y vergüenza

- Orgullo... y vergüenza

De la cima a la sima. De la gloria al infierno. “Ayer maravilla fui, Llorona, y ahora ni sombra soy…”.

En días pasados fue el orgullo de que el nombre de México fuera enaltecido al anunciarse que este año será conferido el Premio Princesa de Asturias -el prestigioso galardón con que el gobierno español reconoce aportaciones a favor de la cultura- a la ya tradicional Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Ahora, el pasado fin de semana, el oprobio de que la prensa internacional reportara los hechos de violencia ocurridos en los estados de Guanajuato, Guerrero y Sinaloa -vehículos, comercios y una gasolinera incendiados, convoyes de policía emboscados y media docena de agentes asesinados…- por cuenta de organizaciones criminales que han hecho del comercio de drogas, la extorsión y el secuestro sus principales actividades, en abierto desafío a las tibias intentonas de la autoridad -si resiste el calificativo…- por combatirlas.

-II-

“Tibias intentonas”, valga el subrayado, porque los pretendidos “golpes” a las estructuras de las poderosas bandas delincuenciales, como fueron las aprehensiones de la madre, una hermana y una prima de uno de los más prominentes líderes de una de dichas bandas, lejos de debilitarlas, las enardecen (“les pican la cresta”, para aplicar un mexicanismo muy apropiado), las hacen reaccionar con espectaculares manifestaciones de su fuerza y sus recursos, y aun abiertos desafíos, como los del propio líder del autodenominado Cartel de Santa Rosa de Lima, a través de las incontenibles redes sociales.

Declaraciones como las de “la mañanera” de ayer, en el sentido de que “no vamos a permitir la violencia; no vamos a actuar como el avestruz, meter la cabeza en la tierra y como si no pasara nada”; pedir a la población necesitada de alimentos que rechace dádivas y despensas de los malandrines, o equiparar las amenazas de los delincuentes con las legítimas manifestaciones de protesta de los ciudadanos en contra de las mismas autoridades, no dan a la población ninguna garantía de que las cosas vayan a cambiar.

-III-

Si la “guerra al narcotráfico” declarada por el Presidente Calderón fue un error de estrategia, sería ingenuo calificar de acertadas y sería necio pretender que han sido eficaces, declaraciones como las de “abrazos, no balazos” o “fuchi, guácala”, o las emotivas admoniciones de que “piensen en sus mamacitas” los jóvenes que, a falta de otras opciones, creen encontrar en esas actividades las oportunidades de realización y crecimiento que la vida les regatea.
 

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