¿Por qué tantas calles llevan el nombre de escritores y tan pocas el de periodistas…? Muy simple: porque se tiene por verdad axiomática que “los periódicos pasan, los libros quedan”; porque el periodismo no tiene la jerarquía ni da el prestigio ni la celebridad que otorgan formas más elevadas de la literatura. (Otro adagio sostiene que “el periodismo es a la literatura lo que la prostitución es al amor”, y ningún periodista, que se sepa, ha movido jamás un dedo para tratar de enmendar esa perversa hipótesis).-II-Bien. El caso es que el viernes pasado, cuando se cumplían 124 años de su nacimiento, y a unos meses de que se cumplan cincuenta de su fallecimiento; en presencia de cinco de sus hijos que aún viven, de muchos de sus nietos y biznietos, más unos pocos que lo conocieron o leyeron, y, por tanto, lo quisieron y respetaron, a una calle del municipio de Zapopan se asignó formalmente -con presencia de su alcalde- el nombre de Pedro Vázquez Cisneros.Fundador de varios periódicos ya desaparecidos (“La Época”, “El Pueblo”…) y director, por cinco años, de “El Occidental”, Don Pedro, según consigna la placa que develaron su hijo Gregorio, el alcalde y algunos invitados, fue “Heroico defensor de la libertad de educación, íntegro escritor y valiente periodista”.Don Luis Vázquez Corona, extinto periodista también, su digno sucesor en la primera cátedra de periodismo del entonces Instituto Pío XII (hoy UNIVA), lo parangonó con el arquetipo supremo del idealismo: “Cuando alguien miraba de frente a Don Pedro, sentía (…) que lo estaba mirando Don Quijote (…). Instintivamente sentía uno estar en presencia de (…) un loco que tenía la virtud de descubrir gigantes perversos y malandrines y bellacos. Como ya no hay lanzas hogaño, blandió la pluma a manera de lanza, y la palabra a manera de mandoble…”.-III-Curiosamente, considerando cuántas veces, al pretender honrar a un bribón, a un farsante, a un afortunado aventurero de la política, al aplicarle su nombre a una calle se ofende a los vecinos, quizá el más certero retrato hablado de Vázquez Cisneros corresponda al que él mismo bosquejó de otro gran periodista, Carlos Septién García, cuya memoria -escribió Don Pedro- “vive en el recuerdo de los muchos que se deleitaron con la magnífica obra de su pluma”, y cuyo nombre lleva la primera y prestigiosa escuela de periodismo en México: “Gran periodista, gran escritor, gran hombre y gran cristiano”.
