Es probable que muchos de los participantes en los “claxonazos” que se han registrado en muchas ciudades mexicanas en las últimas semanas para “exigir” la renuncia del Presidente López Obrador, recuerden que él mismo, durante su campaña, al celebrar su victoria en las urnas hace dos años, al tomar posesión de su cargo unos meses después, y varias veces más en sus cotidianas “mañaneras”, ha insistido en que “el pueblo pone y el pueblo quita”, y, en tal virtud, ha refrendado su disposición de someterse, a mitad del sexenio, a un ejercicio –inédito hasta ahora en México— de “revocación de mandato”.-II-La iniciativa correspondiente, ya formalizada, fue aprobada en marzo de 2019 por la Cámara de Diputados (por 328 votos a favor, 153 en contra y dos abstenciones), por lo que es muy probable que dicho ejercicio se realice simultáneamente con las elecciones intermedias de 2021. Si el resultado del proceso fuera favorable a la revocación, y el Presidente, en efecto, renunciara, en el entendido de que el resultado es vinculante –de cumplimiento obligatorio, pues—, la Constitución prevé tácitamente esa posibilidad como “causa grave” (Artículo 86), y puesto que la renuncia se produciría “en los últimos cuatro años del ejercicio respectivo” (Artículo 84, párrafo tercero), el Congreso de la Unión, erigido en Colegio Electoral, elegiría un Presidente sustituto, cuyo ejercicio duraría hasta el término del período.-III-Así como fallaron los pronósticos que auguraban que la reciente entrevista de los presidentes López Obrador y Trump sería una versión corregida y mejorada de las proverbiales zacapelas entre perros y gatos, también fallaron las previsiones de que, al alcanzar la nota aprobatoria el primero en la apreciación de la generalidad de los observadores, este fin de semana habría, por lo menos, un receso “hasta nuevo aviso”, en marchas, manifestaciones y “claxonazos” de quienes lo han convertido en su plumita de vomitar, en espera, en los próximos días, del menor pretexto para reanudarlas.No hubo tal. Los promotores de los “claxonazos” porfiaron, y, pese a las medidas de contención y distanciamiento social adoptadas por un porcentaje significativo de la población a causa del COVID-19, encontraron eco a su iniciativa. Hubo quórum, pues… Lo cual acrecienta la posibilidad de que el ejercicio de revocación de mandato se efectúe, como el propio López Obrador ha solicitado… pero no necesariamente da pie a pronosticar que el desenlace del mismo dé gusto a los buenos deseos –es un decir…— de sus malquerientes.
