Habrá que reconocer que así como ha habido perjuicios colaterales a raíz de la crisis de la gasolina, también el tema de moda ha dejado beneficios tangenciales. De los primeros, el comprensible malestar y los severos contratiempos de los automovilistas sometidos a un calvario que nunca imaginaron y que nadie sabe cuándo y cómo vaya a terminar, y las millonarias afectaciones a las actividades productivas. De los segundos, una prueba de que, sin ser “El Mejor de los Mundos Posibles”, en México existe, se respeta -y lo más importante: se ejerce continuamente- la libertad de expresión. -II- Al Presidente López Obrador se le reprocha su carácter autoritario. Muchos de sus cien compromisos asumidos en campaña y después de las elecciones que ganó con una legitimidad y un margen incuestionables, formalizados en sus discursos de toma de posesión y ratificados en sus cotidianas conferencias de prensa mañaneras, llevan ese sello. Muchas de esas promesas saltaron ya del ámbito de las palabras al de las realidades: la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, el incremento en las pensiones a los adultos mayores, la cancelación de las pensiones a los ex Presidentes, los nuevos topes salariales a los altos funcionarios, las decisiones de torpedear las reformas energética y educativa de la administración anterior... más lo que se acumule esta semana. En el entendido de que todas las decisiones gubernamentales son discutibles, en los 45 días transcurridos desde que comenzó la pretendida Cuarta Transformación, ha habido, en abundancia, materia prima para la polémica. Si la “consulta popular” acerca del nuevo Aeropuerto generó dudas, también las han generado, por su metodología, las encuestas que supuestamente reflejan apoyo mayoritario de la ciudadanía a la estrategia gubernamental del combate al robo sistemático de gasolinas… Hay consenso en que la intención es plausible. Hay discrepancia en cuanto a la pertinencia del método. Habrá unanimidad a favor si, en un plazo razonable, hay pruebas de la eficacia de la medida: delincuentes -peces gordos participantes en esa faceta de la corrupción- en la cárcel, y cese del “huachicoleo”.-III-Lo medular del caso es que ha habido -al margen de las inefables redes sociales, en que de manera indiscriminada se ejerce el derecho de tirar la piedra y esconder la mano- un clima propicio para plantear libremente, a partir de argumentos, opiniones en un sentido o en el opuesto… y para concordar -quizá- con Séneca cuando aconsejaba “admirar a quienes intentan grandes cosas… aunque fracasen”.
