Viernes, 03 de Mayo 2024

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- Ar-gu-men-tos…

Por: Jaime García Elías

- Ar-gu-men-tos…

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Ya nos lo dijeron en español (“El País”), inglés (“Times”), francés (“Le Monde”) y ahora en alemán (“Die Welt”): más allá de las decisiones que tomen los ciudadanos el próximo domingo con respecto a quienes los gobernarán en los 15 estados y cerca de dos mil municipios en que democráticamente se renovarán las autoridades estatales y locales, y a quiénes los representarán -se supone que eso hacen los diputados- en los congresos locales, el asunto medular de la elección en puerta consistirá en la composición que tenga, para los tres años que restan de la actual administración, en función del voto ciudadano, la “honorable” -según el tópico consabido- Cámara de Diputados

-II-

Pronosticar, hoy por hoy, el desenlace de esa historia, es tan aventurado como pudo haber sido pronosticar, en días pasados, el resultado de las finales de la Champions League o la Liga MX, o como jugar un volado.

En lo que cae la moneda, vale decir que estas elecciones, en efecto, serán una suerte de plebiscito. Como escribió la periodista Von Hildegard Stausberg en “Die Welt” del jueves, López Obrador “actúa de acuerdo con un claro esquema amigo-enemigo: o estás completamente a su favor o completamente en su contra”.

Ese esquema ha permeado, en gran medida, en el electorado. Las sentencias del tribunal unipersonal que todas las mañanas absuelve a los aliados (Bartlett, Pío y un larguísimo etcétera) y condena o descalifica sistemáticamente a disidentes, adversarios políticos y críticos, etiquetándolos de “fifís”, mafiosos, corruptos y conservadores, ha enrarecido el ambiente político. El debate ha degenerado. Casi todo se reduce a una indigna -y estéril, al cabo- competencia de improperios; no la deseable confrontación, respetuosa y ponderada -constructiva, al cabo-, a base de argumentos.

El dilema, pues, consiste en que, en función de la voluntad popular expresada el domingo en las urnas, el Congreso funja, una de dos: como contrapeso a la voluntad pretendidamente omnímoda del Presidente (López Obrador), o como dócil comparsa de sus proyectos personales.

-III-

Los ciudadanos tienen la palabra. Un día, cada tres o cada seis años, pueden dejar de ser simples extras para ser protagonistas de la vida pública… aunque no deja de ser inquietante y aun aterrador el planteamiento de Lamennais (sacerdote francés de fines del siglo XVIII y principios del XIX): “¿Cómo se concibe que por mayoría de votos se determine lo verdadero y lo falso, lo justo y lo injusto…?”.

jagelias@gmail.com

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