Durante la temporada invernal, una de las dudas más comunes es si consumir bebidas frías puede afectar al organismo. Aunque muchos prefieren evitar el hielo cuando baja la temperatura, la realidad es que el cuerpo humano cuenta con mecanismos muy eficientes para mantener su estabilidad interna, incluso cuando se ingieren líquidos muy fríos.El ser humano mantiene su temperatura corporal alrededor de los 36.5 °C, sin importar si el ambiente es caluroso o helado. Cuando se bebe algo muy frío, el organismo activa un proceso natural conocido como termorregulación, cuyo objetivo es equilibrar la temperatura interna.Esto significa que, al ingerir una bebida baja en grados, el cuerpo trabaja para calentarla rápidamente mediante el flujo sanguíneo y la energía metabólica. Por ello, el efecto de “enfriarse por dentro” es momentáneo y no representa un riesgo para la mayoría de las personas.Beber agua helada puede intensificar la sensación de frío, pero no porque baje la temperatura corporal en general, sino porque el sistema nervioso interpreta ese estímulo como un contraste térmico. Esa reacción puede provocar temblores, piel erizada o una breve sensación de incomodidad, especialmente si el clima exterior es muy bajo.Existe la creencia extendida de que tomar bebidas frías “provoca resfriados”, pero los especialistas coinciden en que los catarros y gripes se originan por virus, no por la temperatura de los alimentos o bebidas. Sin embargo, el frío sí podría favorecer algunas condiciones:Pero beber algo helado no es por sí mismo la causa de una infección, aunque puede hacer que el cuerpo se sienta más vulnerable si ya existe exposición a virus.En algunas personas, el líquido demasiado frío puede generar contracciones en el esófago o el estómago, lo que provoca una sensación de “dolor de pecho” o “punzada”. Estos episodios suelen ser breves y no representan un problema serio.Además, tomar agua fría después de comer alimentos calientes puede generar malestar digestivo en quienes padecen gastritis o reflujo.Aunque para la mayoría es totalmente seguro, algunas personas sí deberían moderar la cantidad de bebidas muy frías durante la temporada invernal:No es perjudicial para la salud en general. La única consecuencia directa suele ser una sensación adicional de frío o un breve impacto en la garganta. El organismo está diseñado para regular la temperatura interna y evitar cambios bruscos que puedan dañarlo.Mientras el consumo sea moderado y no exista alguna condición médica específica, disfrutar una bebida fría no representa un riesgo significativo, incluso en los días más fríos del año.BB