Vivimos tiempos en los que la salud es una preocupación fundamental para las personas, algo que nos ha orillado a replantearnos los hábitos alimenticios. Un rubro que siempre es bueno tomar en cuenta son las vitaminas que consumimos, pues estas son fundamentales para el buen funcionamiento del cuerpo. Una vitamina importante es la vitamina D, que podemos obtener de diferentes fuentes: con alimentos que la contienen, con suplementos (pastillas) o a partir de la exposición al Sol. Entre las bondades que nos da la vitamina D está la capacidad de absorber el calcio. Esto significa que si sufrimos déficit de esta vitamina somos más propensos a tener huesos débiles.La vitamina D tiene la particularidad de generarse en la epidermis con una exposición a la luz solar, aunque hay que considerar que una exposición más extensa conlleva daños en la piel. En los otros dos rubros, comida y suplementos, tenemos muchas opciones para acrecentar la ingesta de la vitamina. A diferencia de otros elementos necesarios para la salud (como el ácido fólico), la vitamina D no es tan compleja de asimilarse desde lo que comemos, por lo que los suplementos son opcionales. Cabe señalar que la cantidad de vitamina D que podemos adquirir gracias a los alimentos es menor a la que se genera con la luz solar.Del lado del menú, la vitamina D está presente en los pescados grasos (como el atún o el salmón), el hígado de res (a veces un tanto difícil de conseguir, por ser ya poco consumido), hongos y la yema de huevo. Otra opción alimenticia es recurrir a alimentos que naturalmente no tienen la vitamina, pero que la poseen en algunas presentaciones al estar fortificados. Esto se puede averiguar en su etiqueta o en la tabla de información del producto. Los productos que con más frecuencia son fortificados con vitamina D son algunos cereales, jugos y leche.En suplementos, la vitamina D es un ingrediente habitual en la mayoría de los multivitamínicos. Antes de consumir cualquiera de estas vitaminas en forma de pastillas o tabletas es recomendable consultar al médico familiar sobre su uso.Prepara un salmón a la mostazaEl salmón es un pescado rico en propiedades, pues además de la vitamina D es posee omega 3 y omega 6, vitamina B12 y folatos (éster del ácido fólico). Una receta atractiva para prepararlo es al horno y con dos ingredientes que no siempre se asocian al pescado: la miel y la mostaza.La receta comienza con la preparación del molde que utilizaremos, con aceite para evitar que se pegue. Este platillo se puede preparar con el trozo entero del salmón, que se comercializa regularmente en presentaciones de 30 o 40 centímetros. Colocamos el pescado con la piel hacia abajo y proseguimos a maridarlo. El siguiente paso es untar la mostaza, que se recomienda sea natural (con semilla). Enseguida viene la miel, que igualmente se recomienda que sea natural y no procesada o industrial.Según el tamaño del salmón y del recipiente podemos colocar algunas verduras alrededor, para aprovechar la cocción. Papas con un toque de mantequilla lo acompañan bien. En un horno precalentado el platillo puede durar entre 20 y 25 minutos para estar listo, dependiendo de la temperatura que se alcance. Es importante tapar el molde con papel aluminio para evitar que se reseque.Como ya mencionamos, la mejor manera de acceder a una dosis correcta de la vitamina D es apoyados por la luz solar, por lo que un maridaje para esta receta sería comerla en la terraza o el jardín.
