Puede parecer algo natural: cada vez que consultamos el calendario, vemos que la semana tiene siete días. Lunes, martes, miércoles... hasta el domingo. Pero ¿alguna vez te has preguntado por qué exactamente siete? ¿Por qué no cinco, ocho o diez? La respuesta es una mezcla fascinante de astronomía, religión, cultura y tradición milenaria.A diferencia del día (determinado por la rotación de la Tierra) o el año (por la traslación alrededor del Sol), la semana no tiene una base astronómica precisa. Sin embargo, muchos estudiosos creen que su origen está relacionado con las fases lunares.Un ciclo lunar completo dura aproximadamente 29,5 días. Si dividimos ese ciclo en partes iguales, obtenemos cuatro fases principales (luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante), cada una de aproximadamente 7 días. De ahí se teoriza que antiguas civilizaciones comenzaron a marcar el tiempo en bloques de siete días.Los babilonios, una de las civilizaciones más influyentes de la antigüedad, consideraban el número 7 como sagrado. Ellos observaban siete cuerpos celestes visibles a simple vista: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. Esta observación celeste influyó en la división del tiempo, y establecieron una semana de 7 días mucho antes que otras culturas.En la tradición judía, que influyó profundamente en el calendario occidental, se narra en el Génesis que Dios creó el mundo en seis días y descansó el séptimo. Este "día de descanso" se convirtió en el Shabat, marcando un ciclo de siete días que se ha mantenido hasta hoy.Los romanos originalmente usaban una semana de ocho días, pero durante el siglo I d.C., bajo la influencia de la astrología y la expansión del cristianismo, adoptaron la semana de siete días. Con el tiempo, esta estructura se fue estandarizando en todo el mundo occidental.Los nombres de los días de la semana en muchas lenguas provienen directamente de los siete cuerpos celestes venerados por los babilonios y los romanos. Por ejemplo:A pesar de que otras divisiones de tiempo han existido (como las semanas de 10 días en la Revolución Francesa o el calendario soviético de 5 días) la semana de 7 días ha demostrado ser la más resiliente, manteniéndose vigente durante miles de años y en distintas culturas.La semana de 7 días es el resultado de una combinación única de observación astronómica, creencias religiosas y tradiciones culturales. Aunque no tiene una base científica tan clara como otras unidades de tiempo, su fuerza simbólica y práctica ha asegurado su permanencia hasta nuestros días.BB