Consumir camarón en cualquiera de sus presentaciones, ya sea en caldo o en coctel, siempre es una delicia y una excelente opción para el actual tiempo cuaresmal, sin embargo, algunas personas suelen comerse la cabeza del camarón, sin saber lo que podría implicar. De acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), la cabeza de camarón puede contener ciertos contaminantes, como el cadmio, el cual es un metal pesado que puede acumularse en el organismo, este con el tiempo podría provocar disfunción renal, desmineralización de los huesos e incluso cáncer.Por otro lado, los crustáceos en todos los países generan una gran derrama económica, además de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se ha observado un crecimiento en su producción y demanda. Tan solo en 2018, México produjo alrededor de 227 mil toneladas de camarón, por lo que estimaron 100 mil toneladas de desechos, según la FAO. En ese contexto, alrededor de del 48 al 60 % del peso total del camarón corresponde al exoesqueleto, o mejor conocido como cascara del camarón, que son la cabeza y la cola, los cuales son considerados desechos, a pesar de tener cantidades importantes de proteínas, lípidos, quitina y carotenoides, como la astaxantina, los cuales pueden ser utilizados con otros usos.Las cáscaras de camarón se utilizan para crear otros productos como el bioplástico, parches médicos, antibióticos e incluso se investiga su uso para crear un anticonceptivo, piel sintética y tejidos.NA
