Aunque lavar el pollo antes de prepararlo para su consumo es una práctica común, la realidad es que esta acción puede traer efectos nocivos sobre la salud, pues aumenta el riesgo de una intoxicación alimentaria.De acuerdo con la Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido (FSA por sus siglas en inglés), esta práctica aumenta el riesgo de propagación de la bacteria Campylobacter, patógeno que causa campilobacteriosis, una enfermedad diarreica que puede ser leve o mortal.La Agencia explica que al lavar el pollo crudo, especialmente cuando se pone debajo del grifo, la salpicadura de gotas de agua puede generar que la bacteria quede en superficies de trabajo, ropa y utensilios de cocina.El portal CDC indica que no es necesario lavar el pollo como tal, pues las bacterias se eliminarán en el proceso de cocción, de ahí la importancia de asegurarse que la carne esté bien cocida.Para transportarlo y guardarlo en el refrigerador, es necesario guardar el pollo en una bolsa desechable, con el objetivo de que sus jugos no contaminen otros alimentos o áreas.Si incluso con el conocimiento de esta información, usted decide lavar el pollo, siga las siguientes recomendaciones:1. Antes de manipular la carne, lave sus manos con agua tibia jabonosa durante 20 segundos2. Deje correr el agua suavemente por el pollo para evitar salpicaduras3. Después de lavar el pollo, inmediatamente lave el fregadero y la superficie alrededor con agua jabonosa caliente y desinféctelos4. Lávese las manos nuevamente durante 20 segundos* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *MB