Lunes, 28 de Julio 2025
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Esto dice la psicología sobre las personas que pueden mantener el contacto visual

El contacto visual es una interacción que impacta nuestras relaciones, pues comunica emociones e intenciones sin necesidad de palabras

Por: Ximena Citlalli Pacheco Álvarez

En algunas situaciones, el contacto visual puede resultar familiar y cómodo, mientras que en otras puede sentirse intenso e incómodo. Canva

En algunas situaciones, el contacto visual puede resultar familiar y cómodo, mientras que en otras puede sentirse intenso e incómodo. Canva

El contacto visual es un gesto que, en muchos casos, tiende a poner nerviosas o incómodas a ciertas personas. Sin embargo, existe un sector de la población que puede sostener la mirada sin experimentar ninguna reacción alterna notable, pero ¿por qué ocurre esto?

El contacto visual es una de las formas de interacción que mayor impacto tiene en nuestras relaciones sociales. A través de él, expresamos emociones, actitudes y reacciones en tiempo real.

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De acuerdo con diversos estudios de psicología realizados por la Universidad de Tampere, en Finlandia, mantener el contacto visual con otra persona tiene un efecto importante en el cerebro, ya que lo interpreta como una interacción directa y personal, lo que genera confianza y fomenta un vínculo más estrecho.

La mirada, más allá de ser uno de nuestros sentidos, funciona como una puerta hacia la comunicación no verbal que utilizamos constantemente. Mirar a alguien a los ojos activa procesos emocionales y neurológicos en nuestro organismo que nos permiten conectar con el otro.

Sin embargo, al igual que muchos comportamientos humanos, el contacto visual está influenciado por los usos y costumbres de cada región, así como por el contexto social en el que se da la interacción. 

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Es por esto que, en algunas situaciones, el contacto visual puede resultar familiar y cómodo, mientras que en otras puede sentirse intenso, incómodo o incluso intimidante.

A su vez, expertos señalan que evitar el contacto visual está relacionado con la ansiedad, la culpa o la incomodidad en situaciones sociales. Esta evasión suele funcionar como un mecanismo de defensa emocional que permite reducir el estrés en momentos de tensión o vulnerabilidad.

Por lo que mantener o desviar la mirada es un proceso personal que depende del nivel de confianza y sensación de seguridad que se tenga en ese momento. Cuando una persona se siente cómoda y segura con quien está hablando, es más probable que mantenga el contacto visual. 

En cambio, si hay nerviosismo, inseguridad o desconfianza, es común que la mirada se aparte como una forma de protegerse emocionalmente. Así, el contacto visual refleja en gran medida cómo nos sentimos en una situación social.

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