Durante la temporada navideña, es habitual que las personas disfruten de abundantes platillos típicos. Sin embargo, este exceso en la alimentación puede tener algunas consecuencias, siendo una de las más conocidas el llamado “mal del puerco”.Este fenómeno, presente no solo en las festividades sino también en la vida cotidiana de muchos mexicanos, se manifiesta como una intensa somnolencia posterior a la comida. Aunque no representa un problema de salud grave, sí puede interferir con las actividades diarias.Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta condición es completamente natural y responde a una necesidad fisiológica del cuerpo. No obstante, se intensifica cuando se consumen alimentos con altos niveles de grasa o azúcar. El portal UNAM Global lo explica de la siguiente manera:“La glucosa de la sangre va hacia el sistema nervioso, e inhibe la actividad de células que tenemos en el cerebro llamado hipotálamo lateral.”“En esa parte del cerebro hay unas neuronas llamadas orexinérgicas, y cuando hay glucosa en sangre, estas células dejan de disparar su frecuencia y sus actividades disminuyen, facilitando que se desarrolle una sensación de tranquilidad al punto de quedarse dormido.”Este mecanismo provoca que, después de una comida abundante, especialmente durante el almuerzo, muchas personas experimenten fatiga o un deseo intenso de dormir.Aunque se trata de una reacción natural del organismo, hay ciertas prácticas que pueden ayudar a disminuir su impacto:Más allá de ser motivo de bromas o de frases populares, el “mal del puerco” no es una enfermedad ni un trastorno. De hecho, muchos especialistas lo consideran una manifestación normal del cuerpo, especialmente cuando la dieta ha sido pesada. En otras palabras, no hay razón para alarmarse, pero sí es útil conocer cómo prevenir o reducir esta sensación.BB