Miércoles, 18 de Junio 2025

Alejandro Sanz: “La relación fue entre adultos libres”

El cantante español responde a los señalamientos de Ivet Playà, una fan que puso su carrera en el ojo del huracán

Por: El Informador

El cantante español aparece en una foto tomada en Miami, Florida, el 20 de febrero de 2025. AFP

El cantante español aparece en una foto tomada en Miami, Florida, el 20 de febrero de 2025. AFP

En medio de una creciente controversia, el cantante español Alejandro Sanz rompió el silencio ayer para responder a las acusaciones públicas de Ivet Playà, una joven catalana de 26 años, quien asegura haber mantenido una relación íntima y emocionalmente perjudicial con el artista desde que tenía 19 años.

El testimonio de la joven, difundido a través de un video en sus redes sociales el pasado domingo, ha encendido un debate sobre las relaciones marcadas por diferencias de poder, la responsabilidad emocional de las figuras públicas y la forma en que se construyen —y destruyen— vínculos personales en la era digital.

“Jugó con mis sueños, con mi ilusión”, dijo Ivet en el video donde relata su historia. Según la joven, la relación con el intérprete de “Amiga mía” comenzó como una admiración juvenil, derivó en cercanía laboral y terminó convirtiéndose en una conexión íntima que la dejó emocionalmente afectada. Aunque en ningún momento acusa a Sanz de cometer un delito, sí señala que el vínculo estuvo atravesado por dinámicas manipuladoras y moralmente cuestionables.

Afecto, distancia y sospechas

Ante dichos señalamientos, Alejandro Sanz, de 56 años, ayer publicó una declaración a través de su cuenta oficial de Instagram. En ella, confirmó que conoció a Ivet y que compartieron momentos de afecto como “personas adultas”, pero rechaza haber actuado de manera inapropiada o haber abusado de su posición como figura pública.

“Ivet, yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos, personas adultas compartiendo su cariño, siendo libres. Qué pena que este sentimiento se haya roto ahora”, escribió el cantante, mostrando un tono melancólico pero firme.

No obstante, el artista también reveló un dato que agrega una capa adicional al conflicto. Según afirmó, en mayo pasado Ivet le propuso invertir en negocios de su familia, propuesta que él rechazó tras consultarlo con sus asesores. Para Sanz, la denuncia pública podría estar relacionada con esa negativa.

“En el mes de mayo me ofreciste participar en invertir en unos negocios familiares tuyos. Tras revisarlo con mis asesores te dije que no. Siento que tu reacción sea ésta, pero quiero que sepas que nunca he sido partícipe de estas prácticas y así seguiré toda mi vida”, escribió, dejando entrever un posible trasfondo económico detrás del testimonio.

Finalmente, el cantante cerró su mensaje deseándole a Playà que “encuentre su camino y felicidad”, dando por concluida, al menos desde su postura pública, una historia que ha tenido múltiples lecturas.

Agencias

Entre la empatía y el escepticismo

La publicación de Playà provocó una fuerte ola de reacciones. Mientras algunos internautas le brindaron apoyo por atreverse a contar su versión, otros la acusaron de oportunista y de buscar protagonismo. En plataformas como X (antes Twitter), varias cuentas afirmaron que la joven era conocida en los círculos de fans por perseguir a Sanz y asistir con frecuencia a sus conciertos, incluso en fechas cercanas al testimonio actual.

Una publicación de noviembre de 2024, tras conocerse la relación entre Sanz y la actriz Candela Márquez, ha sido ampliamente compartida. En ella, Ivet escribió: “Hubiera preferido toda una vida a tres metros de ti, que aceptar que un tercio de la mía, la hayas convertido en olvido”, lo que algunos interpretaron como una muestra de resentimiento.

“La conocimos hace años, seguía al cantante a todas partes. Esto parece un caso de despecho”, escribió un usuario; mientras otro apuntó: “Si alguien jugó con alguien, no parece haber sido Alejandro”.

Un usuario más publicó en X: “Te he visto en Twitter acosando a Alejandro Sanz desde hace bastantes años, creo que, muchos de aquí, te ubicamos, deberías de replantearte seguir con este show de despecho, porque tú no muestras pruebas en su contra, pero en internet sí hay muchas pruebas que te tildan de obsesionada: Ivet, si todos pudiéramos estar con la persona que queremos, el mundo sería color de rosa, ya estás grandecita para entenderlo, ánimo”.

Aunado a eso, hay quienes han rastreado publicaciones de Playà, en las que demuestra que, en mayo del año pasado y en agosto del 2023, todavía asistía a los conciertos del cantante.

¿Denuncia, desahogo o ambos?

Más allá de la controversia mediática, el caso ha abierto una conversación más amplia sobre los vínculos entre figuras públicas y seguidores, especialmente cuando hay una gran disparidad de edad, fama y poder. Playà ha aclarado que no busca un proceso judicial, sino visibilizar comportamientos que considera dañinos desde una perspectiva ética.

“No es el qué, es el cómo”, escribió en una de sus últimas publicaciones, insistiendo en que continuará revelando más detalles con pruebas y contexto.

El contexto se complica por el propio pasado reciente del cantante. En marzo de 2025, en una entrevista con Vanity Fair, Sanz reconoció que a veces actúa impulsivamente y que “se ha llevado a gente por delante”. Esta declaración fue clave para que Ivet decidiera hablar, según explicó.

Entre la nostalgia y la denuncia

El testimonio de Ivet Playà, difundido en un video de más de 10 minutos, describe una relación marcada por desequilibrios emocionales. La joven relata que todo inició en 2015, cuando tenía apenas 19 años y el cantante 49. Según afirmó, Sanz comenzó a seguirla en redes sociales, le comentaba publicaciones y le enviaba mensajes privados, lo cual fue, para ella, un hecho impactante. En ese entonces, él estaba casado con Raquel Perera, madre de dos de sus hijos.

La joven explicó que su vínculo con el artista fue creciendo, al grado de motivarla a trabajar como dependienta para costearse viajes y asistir a una decena de conciertos en menos de dos meses. “Él lo sabía y jugó con mis sueños”, aseguró en su testimonio.

A los 22 años, Ivet recibió una propuesta laboral para unirse al equipo de Alejandro Sanz. Con la ilusión de estar más cerca de su ídolo, dejó su casa en Barcelona y se mudó a Madrid. Aunque no precisó cuáles eran sus funciones, sí afirmó que durante ese periodo sus conversaciones eran vigiladas y su privacidad comprometida.

“Mi vínculo con Alejandro fue inevitable. Se volvió íntimo y sexual”, confesó. Al inicio, sentía que vivía un sueño, pero con el tiempo esa percepción cambió radicalmente. Asegura que compartía contenido íntimo con él, sin saber quién más tenía acceso a ese material. Esa incertidumbre, sumada al trato recibido, la hizo sentirse “utilizada, humillada y sucia”.

Aunque no ha presentado una denuncia legal ni acusa al cantante de haber cometido un delito, insiste en que las dinámicas de su relación fueron moralmente reprobables. A lo largo del video, remarca que su intención es visibilizar actitudes que considera dañinas, sobre todo en contextos donde hay una diferencia de poder tan evidente.

En agosto de 2023, aún publicó en redes una carta afectuosa que muchos interpretaron como una despedida: “Dos veranos, veinte conciertos, quince ciudades y cinco abrazos balanceados”, escribió, junto a fotos en las que aparece cerca del escenario.

CT

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