Viernes, 26 de Abril 2024

Acciones "tradicionales" o CFDs sobre acciones: ¿qué es mejor para hacer share trading?

Por: El Informador

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Acciones "tradicionales" o CFDs sobre acciones: ¿qué es mejor para hacer share trading?

Invertir en acciones es un clásico. La industria cinematográfica nos ha vendido siempre la imagen del tiburón despiadado, del lobo cautivo, del psicópata que no duda en hundir empresas por pura avaricia. Aunque la ficción tiene mucho de realidad, lo cierto es que la compraventa de acciones es algo más mundana y, sobre todo, no es patrimonio exclusivo de las ballenas de Wall Street.

Está claro que hubo un tiempo en el que la democratización del share trading era poco más que una utopía. Eran años en los que Internet ni estaba, ni se le esperaba; una era en la que las películas nos mostraban brókeres gritando eso de ‘¡compra!, ¡vende!’ cien veces por minuto. Prácticamente, todas las órdenes que se abrían se hacían por teléfono y había que tener un capital considerable para operar.

El panorama ha cambiado mucho, y no tiene nada que ver con la percepción ochentera del mundo de las finanzas. Gracias a los avances tecnológicos en el sector de las comunicaciones y el amplio abanico de productos disponibles, ahora cualquiera puede invertir. Basta una conexión medianamente decente para acceder al mercado y un capital inicial irrisorio.

Un minorista sin mucha formación puede hacer share trading desde cualquier parte del planeta, arriesgando poco si opera sobre precios de acciones con CFDs. Eso sí, la otra cara de la moneda es que la exposición a las pérdidas es mayor, e incluso pueden superar el capital inicial invertido, con lo que obtendríamos deudas. La compleja naturaleza de instrumentos como los contratos por diferencia conlleva un plus de peligrosidad a la hora de operar.

La mala praxis de la mayoría de los minoristas que se decantan por los CFD basados en acciones es mayúscula. De ahí que las estadísticas indiquen que entre el 70% y el 80% (90% en algunos casos) de los minoristas que manejan contratos por diferencia terminen perdiendo su capital inicial. Esto no quiere decir que los CFDs sean una herramienta demoníaca. De hecho, se les puede sacar mucho partido.

Operar con CFDs sobre acciones

Una de las principales virtudes de los CFDs es que permiten invertir en acciones sin tenerlas. Suena extraño, pero es lo que ocurre cuando operas a través de un market maker que ofrece este tipo de productos. En realidad, el impacto en el mercado es nulo, ya que no se compran las acciones, sino que se trata de posicionarse en función del movimiento del mercado.

Esta es una de las razones por las que muchos traders hablan de las operaciones con CFDs como ‘apuestas’, negándose a reconocerlas como una inversión propiamente dicha. En muchos aspectos, es así, pero no hay que olvidar que detrás de cada operación con contratos por diferencia hay una estrategia (o debería haberla).

Quizá sería más acertado decir que los CFDs sobre acciones permiten especular sobre las mismas. En cualquier caso, y más allá de las discusiones conceptuales, lo cierto es que hacer share trading con CFDs sale más barato que comprar y vender acciones. Igualmente, el proceso es mucho más sencillo, y suele limitarse a un clic en la aplicación del bróker de turno.

Sin duda, se trata de una alternativa extremadamente atractiva a la compraventa de acciones ‘tradicional’, sobre todo para operaciones intradía. También hay que añadir que la posibilidad de apalancarse es mayor, incluso después de las políticas paternalistas implementadas por los organismos estadounidenses y europeos. Pero una mayor probabilidad de obtener beneficios se equilibra siempre con la de generar pérdidas astronómicas.

De todos modos, apalancarse no es una obligación, es una opción. De hecho, es posible operar con CFDs sin apalancamiento; aunque es un supuesto teórico más que práctico. Para entenderlo, basta pensar en el capital que habría que mover para igualar la perspectiva de ganancias con el crédito. El apalancamiento es necesario, pero siempre hay que saber ajustarlo.

Ventajas de los CFDs sobre acciones

Más allá de la posibilidad de apalancarse, otra de las bondades de los CFDs sobre acciones (o sobre cualquier otro instrumento) es su carácter bidireccional. Aunque hay formas de ponerse en corto, invertir en acciones en el mercado de toda la vida implica ir en largo. Compras, esperas a que se revaloricen las acciones y las vendes: así es el mecanismo a grandes rasgos.

Con los CFDs, aprovechar las caídas del mercado es mucho más simple. Las posiciones en short se abren fácilmente en la mayoría de las plataformas de trading online. Ponerse en corto a golpe de clic, como si se abrieran posiciones en largo, es algo que no se puede hacer con las acciones, ya que implica un préstamo de las mismas. Por eso los CFDs sobre acciones tienen tanto éxito, por mucho que las estadísticas las demonicen.

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