El 2025 será recordado por la afición del Atlas como el año de la "gran depresión" deportiva, pero también como el inicio de una metamorfosis corporativa sin precedentes. El equipo que vagó por la cancha durante los últimos 12 meses, sumando apenas 17 puntos en el Apertura y mostrando una fragilidad defensiva alarmante, parece haber tocado fondo para finalmente impulsarse.La noticia de la venta ha generado una mezcla de alivio y ansiedad. Por un lado, el fin de la era Orlegi con Atlas marca el cierre de un ciclo que dio las mayores glorias (el bicampeonato), pero que terminó en un evidente desgaste administrativo y falta de inversión en la plantilla.Una venta marcada por la orden de la FIFA de terminar con la multipropiedad y que se "debería" confirmar para el verano del 2026, en el marco de la Copa del Mundo en nuestro país.El nombre de McLaren Group y el fondo soberano de Bahréin han puesto al Atlas en los titulares internacionales, sugiriendo que el futuro podría traer un músculo financiero nunca antes visto en el futbol tapatío. Sin embargo, la directiva ha sido clara: el proceso es lento y no se regalará al club. Los 250 millones de dólares que se piden (según trasciende) son una barrera que solo los "pesos pesados" del mundo financiero pueden saltar.Mientras los banqueros en Nueva York revisan estados financieros, en la cancha de la Academia AGA se gesta una revolución de carácter. Diego Cocca, el arquitecto de la época dorada, ha regresado con una consigna clara: blindar el arco. La llegada de los centrales argentinos Manuel Capasso y Rodrigo Schlegel responde a la urgencia de detener la hemorragia de goles que condenó al equipo en 2025. Pero más allá de los nombres extranjeros, el corazón de este nuevo proyecto late con el regreso de un hijo pródigo: Édgar Zaldívar.El retorno del "Gary" tras un año de calvario por una lesión de rodilla es el refuerzo más significativo. En un año donde el Atlas careció de líderes que entendieran lo que significa portar el escudo, Zaldívar vuelve con el hambre de quien estuvo a punto de perderlo todo. Su presencia en el mediocampo promete devolver esa garra y equilibrio que fueron la base del éxito de 2021. El "Gary" no solo recupera su lugar en la cancha; recupera el alma de una cantera que se sentía olvidada.El Clausura 2026 será un torneo de transición. Atlas jugará cada partido con la mirada puesta en la tabla, pero con el oído atento a los anuncios de la Asamblea de Dueños. El objetivo es claro: entregar un equipo competitivo y saneado a los nuevos propietarios para el verano, si es que se concreta la venta para ese entonces. La afición, curtida en mil batallas, espera que este "muro argentino" y el regreso de su canterano estandarte sean suficientes para que, cuando el martillo de la venta finalmente caiga, el Atlas esté de pie y no de rodillas.La venta del Atlas no es solo un rumor; es un proceso financiero formal orquestado por la firma Moelis & Company en Nueva York. Tras el desmentido oficial de Grupo Orlegi sobre un acuerdo cerrado con McLaren Group, el panorama de postores se ha dividido en tres frentes principales:Estatus de la transacción: Se encuentra en fase de due diligence (revisión de libros). El anuncio oficial está proyectado para mayo o junio de 2026, permitiendo que Orlegi termine el ciclo futbolístico actual.Para el Clausura 2026, el proyecto deportivo liderado por Diego Cocca ha priorizado la experiencia y la identidad. Las altas confirmadas son:El datoAtlas ha confirmado las bajas de jugadores como Matías Cóccaro, Mauro Manotas, Carlos Emilio Orrantia y Alonso Ramírez, jugadores a los cuales les costó ser titulares en su proceso con los rojinegros.*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsAppOF