Y no fue uno, sino dos títulos y no fueron únicamente los tres trofeos que se han ganado, sino los sueños que se hicieron realidad, los gritos de triunfo que por más de 70 años se habían ahogado. Las memorias de quienes se fueron sin ver a su equipo campeón, pero que desde arriba los vieron brillar.Los niños ahora crecen sabiendo que pueden ser campeones y los no tan niños, se enteraron que la esperanza es lo último que muere. Al acercarse al Estadio Jalisco todavía se palpa la emoción y se escucha el eco de “Atlas, campeón” de aquella noche inolvidable del 12 de diciembre de 2021.Una noche de gargantas desgarradas, de emociones desbordadas, de sueños cumplidos, de portar más orgulloso que nunca la playera con los colores rojo y negro. Nadie lo esperaba, pero todos confiaban que esto podría ocurrir.Y sucedió. Diego Cocca y sus muchachos se olvidaron de todo tipo de polémicas, de estigmas y de fantasmas y terminaron por levantar un trofeo, apoyados en más de 50 mil almas que esa noche se dieron cita en el Estadio Jalisco y de millones que los seguían por donde pudieran.Un año ha pasado y Atlas no solo logró su segunda corona, sino que cinco meses después hicieron historia al resultar bicampeones, ahora en campo del Pachuca, cuando nadie los daba como favoritos.Han pasado 365 días de ese 12 de diciembre en el que el pueblo tapatío se dividió, unos despidiendo a Vicente Fernández y otros recibiendo con euforia el trofeo que por décadas tenía reservado su lugar en el Club Atlas y que ahora presumen y con toda la razón y todo merecimiento. CT
