Sábado, 06 de Diciembre 2025

La FIL y el último tabú: 'Ley Trasciende', pensar, dialogar y dignificar la muerte en un país que evita nombrarla

FIL Pensamiento colocó uno de los temas más urgentes en el centro de la conversación: la muerte digna

Por: Fausto Salcedo

El conversatorio “El cuerpo, territorio sin mapa: Muerte digna”, con Samara Martínez, Eunice Cortés y Salomón Chertorivski, transformó la tarde en un diálogo íntimo sobre dolor, autonomía y, sobre todo, sobre ley y futuro. EL INFORMADOR/ A. NAVARRO.

El conversatorio “El cuerpo, territorio sin mapa: Muerte digna”, con Samara Martínez, Eunice Cortés y Salomón Chertorivski, transformó la tarde en un diálogo íntimo sobre dolor, autonomía y, sobre todo, sobre ley y futuro. EL INFORMADOR/ A. NAVARRO.

En una FIL Guadalajara que en cada edición se ha dejado atravesar por los grandes debates públicos, este año FIL Pensamiento colocó uno de los temas más urgentes en el centro de la conversación: la muerte digna. El conversatorio “El cuerpo, territorio sin mapa: Muerte digna”, con la activista Samara Martínez, la psicoanalista y escritora Eunice Cortés y el exsecretario de Salud Salomón Chertorivski, convirtió una tarde de feria literaria en un diálogo íntimo sobre dolor y autonomía, pero, sobre todo, de ley y futuro.

Samara Martínez —impulsora de la llamada Ley Trasciende— marcó el tono con una pregunta tan sencilla como brutal: “¿Quién de aquí no se va a morir?”. Ningún presente levantó la mano. “Todos vamos para allá —continuó—. Algunos tendremos el proceso mucho más acelerado que otros por distintos padecimientos, pero todos vamos para allá”. A sus treinta años, con una enfermedad renal terminal que la obliga a conectarse a una máquina de diálisis durante horas todos los días, Samara habla de la muerte sin rodeos, pero también sin morbo: como decisión ética, política y profundamente amorosa.

Para ella, hablar de muerte digna no es hablar de derrota, sino de empoderamiento. “No es hablar desde el dolor ni desde la tristeza, es hablar desde el derecho a tomar una de las decisiones más importantes de nuestra vida: trascender sin dolor, en compañía y con respeto a este cuerpo maravilloso”, dijo. Recordó que hoy, en México, quien decide adelantar ese final y quien acompaña médicamente ese acto se enfrentan a la criminalización. “En nuestro Código Penal está tipificado como homicidio por piedad. Imagínense que te metan a la cárcel por ser piadoso con alguien que sufre”, subrayó.

Desde el ángulo de las políticas públicas, el exsecretario Salomón Chertorivski, uno de los impulsores más grandes de la Ley Trasciende, puso cifras al vértigo: “En México, 90% de las personas mueren con dolor”. Luego desplegó lo que considera los tres pilares indispensables de una política de muerte digna. El primero es la voluntad anticipada: que cualquier persona pueda dejar por escrito qué quiere que se le haga y qué no cuando ya no pueda decidir. El segundo, los cuidados paliativos: “Cada año, cientos de miles de personas necesitan cuidados paliativos y solo una mínima parte los recibe. Eso es inaceptable”, insistió. Se trata de garantizar medicamentos para el dolor, personal capacitado y acompañamiento al final de la vida.

El tercero es la eutanasia como recurso extremo, reglado y excepcional para casos de enfermedad incurable, dolor agónico e incontrolable y ausencia total de posibilidades de mejoría. En los países donde está aprobada, recordó, la eutanasia representa un porcentaje muy bajo de las muertes totales. “Es una vía de emergencia: un derecho para todos, pero, sobre todo, para quien decida ejercerlo cuando lo necesite. No todos la usarán, pero debe existir la opción legal”. Por eso, insistió, la discusión no puede quedarse atrapada entre dogmas.

“En la legislatura pasada impulsamos una iniciativa sobre muerte digna que casi se aprueba. Se frenó por razones religiosas. En un Estado laico, la columna vertebral de las decisiones públicas no puede ser la religión. Quien quiera vivir su agonía como un designio divino tiene todo el derecho; lo que pedimos es reciprocidad: que también se respete el derecho de quien no quiere prolongar una agonía inútil”.

Samara complementó desde la experiencia de quien habita el cuerpo enfermo. “Es imposible legislar algo así desde el privilegio de tener salud”, dijo. “Por eso, esta vez la conversación no empezó con políticos ni con académicos, empezó con pacientes”. De ahí nació una de sus frases más potentes: “Más vale tener el derecho y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”.

La discusión también tocó el papel del edadismo y la discriminación por edad, la medicalización de la vida y los intereses económicos alrededor de los tratamientos al final de la existencia. Tanto Samara como Chertorivski coincidieron en que esa realidad hace aún más urgente colocar al centro la autonomía del paciente, la honestidad del diálogo médico y la obligación del Estado de garantizar cuidados paliativos y opciones legales como la eutanasia.

En ese sentido, FIL Pensamiento volvió a demostrar una de sus funciones más valiosas: ser laboratorio de conversación pública. No se trató de un seminario técnico ni de un choque de consignas, sino de un espacio donde la experiencia, la filosofía, la clínica y la política se escucharon mutuamente. En la misma feria donde se celebran las ficciones, se discutió con seriedad qué significa bien morir en un país que envejece rápido, donde la medicina puede alargar la vida, pero no siempre aliviar el dolor. FIL Pensamiento vuelve a convertir la feria del libro más grande del mundo hispano en un foro donde los derechos, el dolor y la dignidad se piensan en voz alta.

EL INFORMADOR/ A. NAVARRO.

¿Qué es la Ley Trasciende?

La Ley Trasciende es el proyecto de reforma impulsado por Samara Martínez y respaldado por decenas de miles de firmas ciudadanas. La iniciativa propone modificar la Ley General de Salud para incorporar un título específico sobre eutanasia y eliminar la figura de “homicidio por piedad”, que hoy penaliza a quienes acompañan médicamente el final de la vida. Está pensada para personas mayores de edad, en pleno uso de sus facultades, diagnosticadas con enfermedades terminales o crónico-degenerativas incurables, que padecen sufrimiento físico o emocional intolerable y desean adelantar su muerte.

La decisión tendría que pasar por dictámenes coincidentes de al menos dos médicos, comités de revisión y un consentimiento informado claro y reiterado, además de respetar la objeción de conciencia del personal sanitario, garantizando al mismo tiempo que el sistema de salud cuente con equipos dispuestos a acompañar estos procesos.

Presentada primero en el Senado y luego en la Cámara de Diputados, la Ley Trasciende ha abierto la puerta a un debate formal sobre el derecho a morir dignamente en México y se encuentra en fase de análisis en comisiones y de parlamento abierto. Salomón Chertorivski se ha convertido en una figura clave en la lucha por legislarla.

Su papel ha sido esencial para articular a pacientes, activistas, especialistas y legisladores, y para llevar el debate al terreno técnico, ético y de derechos humanos, insistiendo en que la decisión de morir es profundamente personal y debe estar acompañada por protocolos médicos estrictos y una regulación responsable. A pesar de que su iniciativa estuvo cerca de aprobarse, fue frenada por presiones políticas y oposiciones de corte religioso, pero logró algo inédito: que la mayoría de los partidos firmaran la propuesta. Durante la FIL Pensamiento, Chertorivski conversó con EL INFORMADOR respecto a la Ley Trasciende, el papel de Jalisco y espacios como la FIL y la UdeG.

En el conversatorio hubo presentes autoridades de la Secretaría de Salud de Jalisco. ¿Cómo es la apertura de Jalisco a este tema?

“Conozco bien a los servidores públicos de Jalisco, los conozco desde hace muchos años. Llevo más de 15 años trabajando con los médicos y las médicas de Jalisco, con la gente de la universidad, con los hospitales civiles y, hoy, muy intensamente con el sistema de salud en su conjunto. Sé que es gente que tiene completa apertura a este tema en particular, a discutirlo y a encontrar el cómo sí”.

¿Cómo te sientes de que un espacio como la UdeG y la FIL permitan espacios para que podamos tener este tipo de diálogo?

“Hace 10 años, en la Feria del Libro de 2015, presenté el libro sobre la necesidad de incrementar el salario mínimo. En ese entonces todos nos decían que era imposible. Este espacio nos abrió la posibilidad de discutirlo abiertamente y de decir el cómo sí se podía. Hoy el incremento al salario mínimo es una realidad: 136% de incremento en términos reales, y el 80% de las personas que salieron de la pobreza en los últimos seis años fue por el incremento del salario mínimo. Bueno, uno de los espacios donde nació esa discusión fue la Feria Internacional del Libro. Estoy convencido de que, 10 años después, discutiendo abiertamente el tema de la eutanasia y la necesidad de legislarla, muy pronto veremos también que en nuestro país es una realidad”.

A nivel personal, ¿cuáles son las gratificaciones y los retos que has enfrentado al abanderar esta causa?

“Fui secretario de Salud del país, y a mí me queda claro algo. Tengo un profundo dolor por la destrucción que ha habido. Tengo un profundo dolor por la desaparición del Seguro Popular. Me reconforta que hay estados como Jalisco que decidieron no entregar sus sistemas de salud al Gobierno Federal. Pero cuando analizo con seriedad las necesidades del sistema de salud para el futuro, de los temas que no le pueden faltar a un sistema de salud está la muerte digna”.

“Insisto: la muerte digna al menos con tres instrumentos. Uno, la voluntad anticipada: qué quiero que me hagan o que no me hagan llegado el momento en que ya no pueda tomar una decisión. Dos, los cuidados paliativos: es decir, que cuando llegue el momento de fallecer pueda ser sin dolor. Y eso hay que acompañarlo, eso no se da solo; necesita de políticas del Estado que acompañen con la compra de medicamentos necesarios, con la formación y la capacitación del personal médico y de enfermería para que acompañen el dolor al final de la vida”.

“Y tercero, la eutanasia. Para aquellas personas que científicamente ya no tengan manera de curarse, que tengan un dolor agónico que no puede controlarse, tiene que existir la opción de ponerle punto final a la vida. No es para todos; en los países donde esto está aprobado, del total de muertes ni siquiera llega al 4% quienes optan por esta salida. Pero es una salida de emergencia para quien sí la opte; es un derecho para todos, pero, sobre todo, para quien decida optar cuando lo necesite”.

¿Consideras que se está dando la coyuntura para que México legalice la eutanasia?

“Es el momento. Porque además hoy todavía tenemos un país de jóvenes. El 50% de nuestra población tiene menos de 32 años. Todavía estamos a tiempo de poder tomar estas discusiones con toda seriedad, porque muy pronto lo que vamos a tener es un país mayoritariamente de viejos. Y después de la vejez, lo que viene es la muerte. Entonces, empecemos a discutir con mucha seriedad cómo generamos las condiciones y las políticas públicas necesarias para el bien morir, para que la muerte sea digna, para que sea sin dolor”.

En todo este desencuentro de los partidos políticos, ¿cómo ha sido la respuesta en general? ¿Hay una postura de la Presidenta respecto a ese tema en específico?

“A la Presidenta no la he escuchado en particular referirse al tema. En la legislatura pasada, Morena acompañó la propuesta; fue solo Acción Nacional quien se opuso. Todos los demás partidos políticos firmaron la iniciativa. Sé que hay un grupo conservador dentro de Morena que incluso ha estado aliado con partidos más de corte religioso. Pero, sin embargo, es mayoritaria la cantidad de gente que está dispuesta; la mayoría de los legisladores están dispuestos a dar este paso. Entonces, yo veo el momento propicio. Nuestro país ya ha sido vanguardia en muchos temas. Este es uno que —además— mayoritariamente es apoyado por la gente. De los temas difíciles, no es de los que generan mayor controversia”.

“Todos deberíamos poder tener esa opción, si la necesitamos. Que esperemos que no, pero si llegáramos a necesitarla, que exista la opción legal. Eso es de lo que tendríamos que preocuparnos”, finalizó.

EL INFORMADOR/ A. NAVARRO.

SV

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