Jueves, 18 de Abril 2024
Cultura | Arte

Pastelazo a la Monna Lisa, ni el primero ni el peor de sus ataques

El cuadro de La Gioconda o la Monna Lisa, registró el domingo pasado un nuevo ataque, en sus más de 500 años de historia

Por: Christian Pérez

La Gioconda, uno de los cuadros más famosos de Leonardo Da Vinci, ha sufrido diferentes ataques a lo largo de sus 500 años de historia, el último de ellos lugar el domingo pasado en las instalaciones del Louvre. Getty Images iStock/Gargolas

La Gioconda, uno de los cuadros más famosos de Leonardo Da Vinci, ha sufrido diferentes ataques a lo largo de sus 500 años de historia, el último de ellos lugar el domingo pasado en las instalaciones del Louvre. Getty Images iStock/Gargolas

En su propio recinto, el Museo del Louvre en París, Francia, el famoso retrato fue atacado por un visitante que le lanzó lo que parece fue un pastel blanco. El ataque fue en presencia de numerosos visitantes que divulgaron el hecho en redes sociales.

Las autoridades policiales reaccionaron con celeridad y expulsaron al atacante. La pintura no sufrió daños, puesto que el pastel chocó contra el cristal que protege el óleo. Los vigilantes del museo limpiaron el cristal al momento.

Por su parte, los presentes aseguraron que el agresor se acercó al cuadro en silla de ruedas y disfrazado con una peluca. 

Si bien las motivaciones del pastelazo no se han esclarecido, en redes se ha popularizado un video en el que el atacante emite proclamas a favor de la protección del planeta, mientras es expulsado.

Aunque este atentado conmocionó a la comunidad internacional, esta no es ni de cerca la primera vez que el cuadro es atacado:

 Ataque con taza 

Antes del pastelazo de este fin de semana, y ya bien entrado el nuevo Milenio, La Gioconda fue atacada en agosto de 2009, por una turista rusa quien lanzó una taza de porcelana contra la pintura.

El ataque también se suscitó en día domingo: resulta que la autora de ese ataque había comprado una taza de porcelana en la tienda del mismo museo, acto seguido, la sacó de su bolso y la estampó contra el cristal. La pintura no se dañó por la protección de su blindaje a prueba de balas pero el cristal sí resultó ligeramente rayado.

Ese mismo domingo la atacante fue detenida ante la mirada atónita de los visitantes en el Louvre.

Ataque con pintura

Fue en el Museo Nacional de Tokio cuando una mujer japonesa intentó rayar con pintura roja el retrato, durante su primer día de exposición allá en abril de 1974.

Tras frustrar el ataque, la mujer de 21 años argumentó a las autoridades que estaba molesta porque no se había llevado a cabo algún protocolo que permitiera a niños y personas con discapacidad presenciar la obra.

Ataque con piedra

Hugo Unzaga Villegas, sobrino de quien fuera el jefe de la oposición boliviano Óscar Unzaga, formaba parte de un grupo de turistas que repentinamente sacó una piedra de su bolsillo y lanzó contra la pintura, el 30 de diciembre de 1956.

El impacto rompió el cristal y causó leves daños en la obra, en el codo izquierdo de La Gioconda.

“Tenía una piedra en mi bolsillo y de repente me vino la idea de lanzarla contra el cuadro”, fue el argumento del atacante, según reportaron entonces las autoridades. 

Por su parte, la familia agregó que desde hacía un tiempo el joven tenía perturbadas sus facultades mentales.

Robo

Otra forma de ataque al cuadro fue el popular robo de Vincenzo Perrugia, un italiano de 32 años que trabajaba como vidriero en el Louvre y aprovechó un descuido en agosto de 1911 para arrancar el lienzo de su marco y ocultarlo bajo su camisa. 

Fueron dos años en los que no se supo dellegendario retrato. 

Perrugia lo escondió en su casa en París, en la calle del Hospital San Luis, hasta que en 1913 contactó con un conocido marchante de arte italiano, Alfredo Geri, quien fue el que alertó a las autoridades. 

La pintura fue recuperada en el hotel Trípoli de Florencia, donde Perrugia se citó con Geri, a quien planeaba vender el cuadro por medio millón de francos. 

El ladrón dijo que había caído en cuenta de que una gran cantidad de cuadros italianos habían sido llevados por Napoleón para enriquecer los museos franceses, por lo que decidió apoderarse de uno para que volviera a Italia.


 La sonrisa de la Mona Lisa

Pintada en el año 1503 por encargo al genio italiano Leonardo Da Vinci, este cuadro es trascendente en la historia del arte porque supone la cúspide de la investigación y trabajo pictórico de uno de los máximos representantes del Renacimiento, momento histórico para las humanidades y el arte en Occidente.

El uso del óleo para desarrollar la imagen, la experimentación en la composición, la postura y el gesto en el retrato, así como la implementación de técnicas de colorido y el sfumato, son razones de peso para comprender el nivel simbólico que posee esta pieza.

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