En el marco de la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el escritor mozambiqueño Mia Couto fue galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, el máximo reconocimiento de este evento cultural. Durante una emotiva ceremonia, Couto ofreció un discurso en portugués que donde exploró temas como la memoria, el lenguaje y la poesía.Couto comenzó su discurso evocando una experiencia de su infancia en Mozambique. Recordó una visita con su padre a un parque natural atravesado por una falla tectónica. Ese momento, dijo, marcó el nacimiento de su relación con la poesía. La escena, impregnada de un sentido casi religioso, fue descrita con una riqueza simbólica que reflejaba su futura vocación literaria:“Fue en aquella cicatriz viva que vi nacer el mundo….Yo era parte de algo que no tenía fin.” Su padre, al llamar a aquel lugar su “iglesia”, le señaló un camino que lo llevaría a encontrar en la poesía una forma de religiosidad secular.Este recuerdo infantil fue el punto de partida para reflexionar sobre la poesía como una necesidad espiritual y existencial. Couto citó a Octavio Paz, señalando que la poesía es el arte de revelar “la otra cara de la realidad”. Esta búsqueda, afirmó, se vuelve aún más crucial en un mundo marcado por la brutalidad y la superficialidad. “Para hacernos humanos, necesitamos más que nunca ver esas otras caras de la realidad.”Mia Couto hizo énfasis en la necesidad de un idioma que permita formular las preguntas esenciales sobre la existencia contemporánea, retomando las palabras de Carlos Fuentes: “Vivimos en un mundo al cual no conseguimos dar un nombre.” Esta carencia no es solo lingüística, sino existencial; necesitamos rescatar las palabras que nos conectan con nuestra humanidad. Couto explicó que su obra busca recuperar esa “palabra eternamente suspendida entre el abismo y el camino”, un lenguaje anterior a la individualidad, que trasciende fronteras culturales y temporales.El autor destacó la influencia de diversas literaturas en su formación, mencionando obras como El libro del desasosiego de Fernando Pessoa, Pedro Páramo de Juan Rulfo y Gran Sertón: Veredas de Guimarães Rosa. Estos textos, señaló, le mostraron que su búsqueda no era solo por historias, sino por un lenguaje capaz de capturar lo eterno y lo efímero.Couto dedicó una parte significativa de su discurso a reivindicar la visibilidad de la literatura africana, especialmente la escrita en portugués. Denunció la “doble segregación” que enfrentan los escritores africanos, tanto por su geografía como por su lengua. Agradeció al jurado de la FIL por reconocer la importancia de estas voces, subrayando que la literatura es un espacio de encuentro que trasciende fronteras:“Somos humanos porque somos todos los otros.” Este reconocimiento, señaló, es una manera de combatir los estereotipos que pesan sobre África y su diversidad cultural.Compartió el premio con los escritores de Mozambique, destacando su lucha por visibilizar una identidad plural y resistente. La literatura, afirmó, es un acto de resistencia frente a la violencia y el miedo. En un mundo marcado por muros —físicos y simbólicos—, la literatura es un espacio donde las identidades pueden viajar y encontrarse.El escritor expresó su profunda conexión con México, un país que, afirmó, forma parte de su identidad literaria. Recordó su primera visita a la FIL en 2018, cuando la poeta Ida Vitale fue galardonada, y destacó la influencia de la literatura mexicana en su formación.“Una parte de mí había nacido en este lugar. Como muchos de mi generación, soy originario de ese México que me llegó a través de sus libros, sus canciones y su pintura.”Couto concluyó su discurso agradeciendo a la FIL de Guadalajara por ser un espacio donde la literatura se convierte en un punto de encuentro para la humanidad. Reiteró su convicción de que la poesía es esencial en tiempos de crisis, un puente para recuperar la humanidad perdida.“Nunca fue tan urgente la literatura como un lugar de encuentros. Nunca fue tan necesario rescatar historias que nos devuelvan nuestra humanidad.”Nicanor Parra (1991), Juan José Arreola (1992), Eliseo Diego (1993), Julio Ramón Ribeyro (1994), Nélida Piñón (1995), Augusto Monterroso (1996), Juan Marsé (1997), Olga Orozco (1998), Sergio Pitol (1999), Juan Gelman (2000), Juan García Ponce (2001), Cintio Vitier (2002), Rubem Fonseca (2003), Juan Goytisolo (2004), Tomás Segovia (2005), Carlos Monsiváis (2006), Fernando del Paso (2007) , António Lobo Antunes (2008), Rafael Cadenas (2009), Margo Glantz (2010), Fernando Vallejo (2011), Alfredo Bryce Echenique (2012), Yves Bonnefoy (2013), Claudio Magris (2014), Enrique Vila-Matas (2015), Norman Manea (2016), Emmanuel Carrère (2017), Ida Vitale (2018), David Huerta (2019), Lídia Jorge (2020), Diamela Eltit (2021), Mircea Cărtărescu (2022), Coral Bracho (2023).* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de Whatsapp * * *OB