La escritora mexicana Sabina Orozco debuta en la narrativa con “Malas decisiones”, una novela íntima, construida por fragmentos, publicada por Tusquets Editores en mayo de 2025. Con una estructura que entrelaza entradas de diario, cartas, mensajes de voz y memorias digitales, la autora retrata con lucidez los vértigos del amor contemporáneo y las condiciones que lo atraviesan: la distancia, la clase, las emociones no resueltas y los silencios que también construyen una relación.La historia arranca cuando una joven, “Sabina”, conoce a “Rodrigo” en una app de citas, durante la pandemia en Ciudad de México. Tras un breve pero intenso viaje juntos, él regresa a Alemania mientras ella permanece en México. Sin embargo, lo que parecía un amor fugaz termina marcando un antes y un después en su vida emocional. En ese vacío, la protagonista se vuelca a escribir, a recordar y a preguntarse cómo —y por qué— se construyen ciertos vínculos imposibles.“Los libros tardan años en hacerse, pero digamos que el primer borrador lo terminé en un año”, comenta la autora, Sabina Orozco, en conversación con EL INFORMADOR.“Entonces, como era una historia que me interpelaba tanto y que en ese momento también formaba parte de preguntas importantes que me estaba haciendo en la vida, lo escribía con muchísima pasión, pero con muchísima disciplina. Justo durante casi un año, todas las noches —o la mayoría de las noches—, que era cuando ya tenía tiempo libre y había dejado de trabajar, me ponía a escribir y a editar el libro, dependiendo del proceso en el que estuviera. Pero en realidad creo que era un proyecto que me apasionaba tanto que el ser disciplinada no me costó en lo absoluto”. “Malas decisiones” tiene raíces en los diarios personales de la autora, escritos a lo largo de muchos años. Aunque en un inicio no estaban pensados para publicarse, una experiencia amorosa que vivió la llevó a revisar esos textos y construir, desde ahí, una historia que pudiera hablar también de los límites de las relaciones y de los patrones afectivos que se repiten entre generaciones.“Suelen preguntarme si la novela tiene algún tinte autobiográfico o si está basada en otra experiencia. El libro lo empecé a escribir quizás un poco más en términos documentales porque desde hace muchos años escribo diarios. No necesariamente con el afán de publicarlos: los escribía desde niña porque era un ejercicio que disfrutaba. Pero más grande lo empecé a ver como una disciplina que no necesitaba publicarse. Ciertamente, cuando hace tiempo tuve una experiencia muy similar a la de la protagonista, continué ese registro y, meses después, en un proceso similar a lo documental, comencé a revisarlo y a pensar qué historia se podía articular a partir de una persona como la que estaba narrando esos diarios”.“Pensé en qué podía narrar más allá de esa historia de amor, porque creo que la historia en realidad la escribí ya pensándola más estructuradamente como este personaje que trata de explicarse sus relaciones casi como en una maldición, si no familiar, sí generacional”. Aunque la novela se presenta como una historia de desamor, lo que está en juego es mucho más profundo. A través de una estructura no lineal y un tono confesional, Orozco explora cómo, incluso en lo más íntimo —como una relación de pareja—, se cuelan desigualdades estructurales, especialmente las económicas y sociales.“En esta época de consumo, quizás las relaciones podrían parecer mucho más vertiginosas, esa era como mi aproximación inicial a la novela”, dice la autora. “Pero en realidad sí pienso que hay ciertos momentos en los que estamos buscando algo en nosotros que aparece en otras personas, y surgen estos enamoramientos brutales e imposibles que, más que tener que ver con la distancia —porque por supuesto que la distancia y las finanzas importan—, tienen que ver con cuestiones históricas, sociales y económicas”.“Hablamos de relaciones en términos muy románticos, pero esta historia en realidad tiene un trasfondo que la protagonista nunca anuncia textualmente. Lo que me interesa es que ese fin desafortunado, entre comillas, de la relación tiene que ver en gran medida con desigualdades económicas brutales. Hasta en las relaciones hay política, ¿no? Las relaciones también, a veces en términos económicos, no necesariamente tienen que ser equivalentes, sino proporcionales. Hasta en las relaciones creo que hay mecanismos de colonización que no nos damos cuenta y que habría que cuestionarnos para que funcionaran. Me parece algo importante de pensar: que el amor no sólo es suficiente. Siempre se requiere también de gestión. Siempre se le exige más que amor. No, el amor no es suficiente”. En “Malas decisiones”, Sabina Orozco (Premio Nacional de Poesía Joven 2021) debuta con una novela contemporánea y directa que interroga las ideas que tenemos sobre el enamoramiento y sus peligros.Dos personas se gustan, se emborrachan, se acuestan y nunca vuelven a verse. Ahí podría haber terminado su historia, de no ser porque una fuerza invisible que alguien tendió entre los dos trastoca todo. Sabina, escritora obsesionada con el tarot y con más fantasías narrativas que sexuales, experimenta un miedo profundo al amor tras el encuentro con un joven que conoce en una aplicación de citas.Después de un viaje juntos que llevan hasta sus últimas consecuencias, él regresa a Alemania; ella se queda en México. La distancia destruye la relación, pero Sabina no ha podido olvidar lo ocurrido. En busca de respuestas, encara al desamor a través de un diario, de cartas recibidas o enviadas a otras parejas y de los secretos de antiguas pasiones que, poco a poco, le confiesa a su padre. ¿Cuántas relaciones inconclusas tratará de remediar hasta hacer que perduren? Sabina Orozco nació en Oaxaca en 1993. Es autora del libro de cuentos “La lengua de los osos polares” y del poemario “Cosas que no contaré a mis padres”, con el cual ganó el Premio Nacional de Poesía Francisco Cervantes Vidal en 2021.También ha sido becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas y del FONCA. Actualmente cursa una maestría en Letras Latinoamericanas en la UNAM. A pesar de que “Malas decisiones” es su primera novela, la autora se mantiene con los pies en la tierra, expectante a lo que vendrá.“La novela tiene muy poco que se publicó. Estoy entusiasmada, también muy a la expectativa, pero creo que al final es entrar en este juego peligroso de la literatura”, dice, en medio de una risa.“Porque una puede ponerles muchísimo amor, entusiasmo, trabajo a los libros, pero cuando se publican ya son otras las jugadas que van más allá del autor o de la autora”, finalizó. CT