Jueves, 28 de Marzo 2024

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"La ciencia abre mundos"

La divulgadora científica Alejandra Ortiz explica 50 curiosidades en “El libro de las investigaciones medianamente serias”

Por: Ruth Romero

Alejandra Ortiz Medrano. La doctora en Ecología Evolutiva presenta “El libro de las investigaciones medianamente serias”. CORTESÍA

Alejandra Ortiz Medrano. La doctora en Ecología Evolutiva presenta “El libro de las investigaciones medianamente serias”. CORTESÍA

Alguna vez te has preguntado el porqué de la acumulación de pelusa en el ombligo?, o si es cierto que el estrés produce canas… La doctora en ecología evolutiva Alejandra Ortiz Medrano se dio a la tarea de investigar 50 preguntas curiosas, el resultado es “El libro de las investigaciones medianamente serias” (Planeta), en el que la también divulgadora científica responde a las curiosidades constantes del ser humano con base en indagaciones “serias”, como el título lo acota.

En entrevista, la autora explica los motivos para no hacer un libro “totalmente serio”: “A mí me gusta mucho la investigación científica, me causa gozo, placer y satisfacción, por lo tanto me genera sonrisas y a veces risas, y por ende, no puede ser totalmente serio. Además, estuve definiendo la voz que más me gusta para escribir el libro, que al final es la que uso: un tono como académico, pero sin la solemnidad propia de la academia, sino con un dejo  burlón. Y de aquí sale el ‘medianamente serio’. Y también hay una cosa, yo siento que es muy absurdo pensar en algo totalmente serio, porque algo tan serio da risa…”.

La divulgación de la ciencia

Alejandra Ortiz Medrano descubrió su pasión en la divulgación científica, por lo que decidió estudiar un doctorado en Ecología Evolutiva, en el que disfrutó de las lecturas de investigaciones. “A mí me gusta mucho leer sobre ciencia, no sólo divulgación sino también artículos científicos e investigaciones. Hacer yo propiamente los experimentos clavándome en solamente un tema no era lo que me daba más satisfacción, sino ver los resultados de otros. Ahí encontré mi camino hacia la divulgación, donde medianamente puedo seguir clavada en los papers y esas cuestiones sin necesariamente yo estarlos haciendo, sino tener otro tipo de producción.

Así, la autora tapatía estuvo colaborando en una revista con una columna semanal sobre diversos temas relacionados con la ciencia, sin embargo, al terminar esa colaboración, “me quedé sin algo mío: estar escribiendo continuamente. Decidí acercarme a la editorial Planeta, conocían ya mi trabajo, por lo que me propusieron que hiciera algo con ellos similar a lo que era esa columna pero a la vez distinto”.

Igualmente, Ortiz elabora un podcast junto con Leonora Milán: “Mándarax”, en el que “cada podcast tiene un tema general y ella y yo lo platicamos, ella es de mis mejores amigas por lo que nos divertimos mucho haciéndolo y parece que la gente igual al escucharlos”.

Toda esta labora lo hace con un interés principal: divulgar la ciencia, pues para ella es bastante importante por diversas razones, pero la principal y a la vez el propósito con el que escribió el libro recién lanzado es “generar un gozo tal cual, compartir el gozo que a mí me da entender el mundo de cierta forma: científica. Cuando entiendo algo nuevo, como por qué las plantas siguen al sol, se me abren mundos que no existían para mí, veo a mis plantas de otra manera, me hace ver las cosas más grandes, y es lo que yo quiero compartir”.

50 preguntas colaborativas

“El libro de las investigaciones medianamente serias” se conforma de 50 preguntas, con sus respectivas respuestas en forma de capítulos cortos “para poder leerse en una sentada entre dos estaciones de metro”. Dichos cuestionamientos no se los planteo la autora en soledad, sino que son una cuestión de colaboración:

“Cuando tenía esta columna semanal, mis lectores me sugerían temas y me eran súper útiles; entonces, yo ya tenía una serie de ideas guardadas que no logré desarrollar para la columna. Cuando surgió lo del libro, pregunté lo mismo en mis redes sociales: ‘¿Qué preguntas tienen?, ¿qué dudas desean responder con bases científicas?’. Me serví de los comentarios”.

De esta forma, al integrar las preguntas de varias personas, el resultado es un libro que posee “un rango de intereses más amplios” que el que la autora por sí sola pudo haber tenido, “porque hay preguntas que a mí nunca se me hubieran ocurrido y me parecen geniales, como ¿por qué los perros se parecen a sus dueños?, o ¿por qué los bebés recién nacidos se parecen tanto? No se me había ocurrido preguntar esto. Al menos en esta génesis hay algo de colaborativo en el libro”.

Tapatío

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