El autor laureado con el Premio FIL en Lenguas Romances 2017 Emmanuel Carrère charló con auditorio lleno de jóvenes tapatíos en un evento en que el público tuvo la oportunidad de conversar cara a cara con el escritor de origen francés.El editor y ensayista Alejandro García Abreu fue quien se encargó de presentar a Carrère ante los adolescentes con una semblanza en que repasó la trayectoria del autor antes de ser él mismo quien se encargara de plantearle las primeras interrogantes con respecto a su trabajo.“No todos mis personajes son oscuros”, señaló Carrère luego de que García Abreu lo cuestionara acerca de la naturaleza de los personajes que pueblan sus libros, el protagonista de su novela El Adversario en específico. “Algunos están del lado del bien, buscan una buena vida”.El escritor aprovechó para reflexionar sobre el bien y el mal en su obra: “Tendemos a asociar el bien con la crueldad. Este personaje asesina a su familia por compasión. A él no lo mueve el deseo de hacer sufrir, sino el miedo”, aclaró.Gran parte de la conversación de Carrère con los jóvenes giró en torno a dicho libro basado en hechos reales, el cual el autor se dedicó a investigar durante siete años a lo largo de los que afirmó experimentar un malestar que no lo ha abandonado del todo pasados tantos años de haber escrito el libro. Esto debido a lo particularmente oscura que es la historia que narra.“Muchas veces me pregunté qué debía tener en la cabeza para querer escribir una historia tan terrible”, confesó ante la audiencia.Sin embargo, él mismo descartó que la oscuridad sea un requisito indispensable para hacer literatura, pues esta “no necesariamente tiene que relacionarse con la depresión o la oscuridad. En mi caso, he atravesado por periodos depresivos, pero no es un requisito para escribir. Nadie está obligado a escribir sobre el dolor”. Los jóvenes presentes también se interesaron por conocer el método del escritor para combatir una crisis creativa, pues el propio Carrère ha afirmado estar atravesando por una. El escritor, encogiéndose de hombros, aceptó no tener ninguna receta mágica para solucionar este problema, más allá de tener paciencia:“Para escribir, uno debe perseverar”, les dijo a los lectores. “En la escritura uno debe dejarse llevar por la ola. Pero también saber esperar, porque en ocasiones simplemente no pasa nada”.
