La tapatía Doris Topete ha formado a incontables bailarines que hoy por hoy triunfan en México y en todo el mundo. Ha dedicado su vida entera a la enseñanza, al compartir, a darles a sus estudiantes el impulso necesario para que sean ellos mismos quienes abran las alas y se encaminen en la senda correcta.En su academia, que es una de las más importantes de Guadalajara, y referente indiscutible a nivel local, nacional e internacional, la maestra recibe un porcentaje de 30% de niños de escasos recursos, fiel a su visión de que el arte les pertenece a todos. Algunos de estos niños, y gracias al apoyo de Doris, están brillando internacionalmente como primeros bailarines.Por las décadas que ha forjado a múltiples generaciones de bailarines que cumplieron o van en camino de alcanzar sus sueños, y por ser una de las impulsoras más importantes del ballet clásico en Jalisco, la maestra Doris Topete recibió el premio al Mérito Dancístico “Sonia Salcedo”, por “su gran labor en el ámbito formativo de muchas generaciones que hoy representan a México en diferentes partes del mundo”.En conversación con EL INFORMADOR, la maestra Doris Topete compartió el profundo agradecimiento que siente por haber recibido este homenaje de parte de una familia que como ella, se ha dedicado por completo a la danza, además de mirar en retrospectiva lo que ha sido su carrera, caracterizada por impulsar a sus alumnos a que triunfen en el mundo, en dar acompañamiento a sus estudiantes más necesitados, realizando en cada acto una de sus creencias más grandes: que el arte es para todos, y que el arte es lo único que trasciende.“Es un gran honor recibir un reconocimiento como este. Lo hago con humildad y con el firme propósito de seguir llevando a mi país por el mundo”, asegura la maestra Doris Topete. “Yo siempre tuve la idea de enseñar correctamente lo que yo aprendí. En la escuela en la que yo estudié, había una maestra, que era de las más prestigiadas, a la que yo le pregunté, ¿cómo vamos a hacer una cosa tan grande como ustedes si nosotros no tenemos alumnos para todo el día?”.Y la maestra me dijo, “distíngase, nada más” Distíngase. Fue algo muy fuerte. Entonces, para mí en mi mente estaba solamente este distinguirme en todo lo que yo daría como docente”.Antes, en Jalisco, distinguirse en un ramo como el suyo no era tarea fácil. Pero Doris Topete abrió puertas, marcó parteaguas, trazó nuevos caminos, y se arriesgó sin titubeos porque era por completo consciente de lo que era capaz y de lo que podía dar. “Yo fui una de las primeras que fueron a concursos, porque cuando yo bailaba casi no había”.“Con una colega fuimos a los primeros concursos, fuimos a aprender, a ver. Y fui muy criticada, porque decían que en México no estábamos preparados, que qué íbamos a hacer. Pero yo sabía lo que tenía. El primer concurso al que fui internacionalmente fue en Panamá y gracias a Dios trajimos bastantes premios. Y de ahí seguí. Hoy en día tengo alumnos profesionales, tengo bailarines en Europa, en Asia y en América”, cuenta la maestra. A diferencia de otras instituciones que resguardan y se vuelven recelosos de sus talentos, que los retienen e incluso los estancan, Doris Topete busca que sus alumnos salgan, que conozcan el exterior, que expandan sus horizontes, porque así pone el nombre de México en alto.Esto la retribuye en el cómo ha trastocado para siempre las vidas de sus alumnos, pero también es la manera en la que ella agradece a México, país que acogió a la familia de su madre, cuando huían de la guerra.“Yo soy formadora”, dice Doris Topete. “Mi documento dice, ‘artista, formadora y coreógrafa’. Nada más. Entonces, yo como formadora, cuando termino con mis alumnos, si a ellos los invitan a bailar a Europa, o con contrato a Asia, aquí en América, en la compañía nacional, o en la compañía de Jalisco, ellos tienen todo el derecho de decidir a dónde van a ir, no es que yo los incite. El arte es universal. El arte abre las puertas del mundo”.“Ahora, el propósito principal, es también dar las gracias a este país, a México, este país que abrió las puertas a la familia de mi mamá, que venían exactamente de la guerra como ocurre ahora. Siempre estuvimos educados para ser agradecidos. Yo pienso, la mejor manera de ser agradecida es llevar a este país por todo el mundo y comprobar que los mexicanos somos iguales a cualquier otro siempre y cuando trabajen, como digo yo, con decisión, disciplina y devoción”, agrega. Y como punto de partida de que el arte abre las puertas del mundo, las puertas de la academia Doris Topete está abierta para niños de todas clases sociales; 30% de sus alumnos son niños de escasos recursos, niños a los que la maestra apoya, promueve e impulsa para que por medio de la danza cumplan sus sueños y encuentren un sentido. Experiencias como esta han marcado la vida de la maestra, pues ha tenido un papel determinante en el destino de niños, ahora bailarines exitosos, que tuvieron un cambio profundo en toda su existencia gracias a la academia de Doris Topete.“Eso para mí ha sido una cuestión prioritaria, porque yo siempre he pensado que el arte es para todos. El arte no tiene una clase de social privilegiada, de ninguna manera. Entonces, yo siempre pensé darle oportunidad a esos niños que son de bajos recursos, que no pueden pagar una colegiatura. La escuela les patrocina absolutamente todo”, cuenta la maestra.“Patrocina desde sus atuendos de danza, todo lo que se necesita. Hay una caja especial para los que tienen problemas y no comen bien. Y eso es muy satisfactorio. Hace poco tuve un estudiante que vino de vacaciones, y él me dijo: ‘¿quiere que le diga dónde estaría yo si no la hubiera encontrado, maestra? Estaría en las drogas’, me dice. ‘Estaría en las drogas como están todos los de mi colonia’. Y ahora ese alumno es primer solista, y está en otro país hablando cuatro idiomas. Creo que eso es algo que todo el mundo debería hacer, ayudar a la gente que no tiene. Si yo fuera multimillonaria apostaría por la educación y el arte, porque el arte es lo único que trasciende. Todos estos niños son niños que tienen muchísimas ganas de triunfar en la vida, de ser alguien, y se les dio la oportunidad”. Doris Topete nunca ha dudado de su profesión. No hubo instantes de duda, momentos en los que flaqueara o que pensara que esto no era lo suyo. Reconocimientos como el premio al Mérito Dancístico “Sonia Salcedo” no son más que la reafirmación de todos estos años dedicados al amor, al esfuerzo, a la disciplina y al cariño por lo que hace con el corazón: enseñar y agradecer.Pero ella sabe que todavía quedan muchas cosas por hacer. “Siempre ha sido muy claro mi camino. Mi mamá decía que yo desde el vientre bailaba. Entonces, en ningún momento he dudado de mi profesión. Y con este reconocimiento que acaban de darme, aparte de honrada, siento el compromiso de seguir hasta donde Dios me permita”. Doris Topete, nacida en Guadalajara en 1954, es una reconocida bailarina, coreógrafa y maestra de ballet clásico.Inició sus estudios bajo la tutela de Chiquina Palafox y Helen Hoth, continuando en la Compañía Nacional de Danza y realizando estudios con beca en la Escuela Vaganova de San Petersburgo, Rusia.Con más de 50 años de trayectoria, fundó en 1998 el Primer Concurso Estatal de Ballet en Jalisco y en 2009 la Muestra Internacional de Ballet de Guadalajara, impulsando la creación de una red internacional de escuelas de danza.Entre sus reconocimientos destacan el Jurado en prestigioso concurso en Rusia (2002), la Presea al Mérito Pedagógico en Europa (2004) el Premio Jalisco (2015), el Grand Prix en América y Rusia (2018, 2022, el Diploma del Concurso Ana Pavlova (2022), y algunos de sus alumnos más destacados han sido los siguientes: CT