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Un paseo por los Petroglifos de Altavista

Descubre las razones por las que este sitio arqueológico está convertido en uno de los lugares de mayor interés para los visitantes

Tierra de Sol deslumbrante, naturaleza generosa y larga historia por descubrir. Más de una vez nos hemos aventurado en Semana Santa o en un puente para disfrutar de sus célebres playas, como Sayulita y San Pancho. Pero ojo, que Nayarit es mucho más que una propuesta de ocio. Guarda en su geografía puntos fascinantes para los académicos y en general, toda alma curiosa que deseé aventurarse en sus confines.

Uno de estos rincones fascinantes son los Petroglifos de Altavista, muy cerca del Rincón de Guayabitos y al Sur del municipio de Compostela (para mayores señas, al Sur de Chacala). Eternos y misteriosos, despiertan en las almas aventureras mil preguntas que reciben como respuesta siempre un sepulcral silencio.

Antes de continuar, lo básico: Un petroglifo es un dibujo grabado sobre piedra, los hay en buena parte del mundo, muchos realizados en el neolítico. El sitio arqueológico de Altavista (también conocido como “La pila del rey” o “El santuario”) tiene una extensión de 80 hectáreas, en las que se han identificado más de 56 grabados en piedras, la mayoría en rocas volcánicas a lo largo del arroyo de Las Piletas.

Y aquí viene la teoría. Se cree que fueron tallados hace más de dos mil años, ¿por quiénes? Se supone que por los Tecoxquines, un grupo que habitó la zona y que habría dejado en piedra su visión sobre la vida y lo divino. Algunos de los grabados son sencillas espirales, mientras que otros entrelazan líneas mucho más complejas, representando figuras de plantas, animales y hombres.

Tras ellos, llegarían otros pueblos que interpretaron este lugar como un puente entre lo humano y lo divino, siendo uno de los últimos los huicholes, que todavía al día de hoy, dejan ofrendas y efectúan ceremonias religiosas en el lugar.

Aunque fueron grabadas hace miles de años, es innegable que en el ambiente de Altavista hay una vibra muy especial, mística y portentosa. Una experiencia que bien vale descubrir en persona.

Los alrededores

Además de los Petroglifos de Altavista, vale la pena que visites Chacala, un pueblo playero encantador que en años recientes ha ido ganando popularidad por su exuberante naturaleza, oleaje delicioso y estar bien conectada con los servicios turísticos que ofrece el Estado.

Aunque la playa es el gran atractivo, Chacala también guarda interesantes historias, siempre listas para ser contadas a los oídos del viajero. Por sus playas pasaron conquistadores españoles, piratas de Países Bajos y hasta el Padre Kino en su labor evangelizadora.

También hay un enorme árbol en el que vivió una mujer, que encontró con este método la forma perfecta de evitar que cortaran ese bello ejemplar natural.

Chacala tiene tres playas, cada una con características peculiares, como lo explica la página rivieranayarit.com.mx: Las Cuevas, Chacalilla y la Caleta. La primera tiene un oleaje potente, la segunda es mucho más tranquila y la última es la preferida por los surfistas.

Para los amantes de la fotografía, este es un lugar que bien vale la pena disfrutar. En 2002, por ejemplo, Chacala fue nombrada Pueblo Galería, por la rica diversidad de aves que hay en los alrededores, por lo que puedes estar seguro que encontrarás una y mil postales hermosas para capturar.

¿Dónde me quedo?

• Hotel Casa Chacala. Construido muy cerca de la playa, perfecto para salir de paseo. Se encuentra en calle Golfo de México #1 y el ambiente es esencialmente familiar. Ojo, solamente acepta pago en efectivo. Dudas y reservaciones al 327 2194057.

• Hotel Quinta Mar y Selva. Cuenta con cafetería, desayuno buffet y un ambiente muy natural. Perfecto para parejas que deseen pasar un buen descanso. Está en calle Los Corchos #18 y los puedes llamar al 327 2194020. Facebook/playachacala/

• Hotel Las Brisas Chacala. Se encuentra en Av. Chacalilla #4. Su teléfono es 327 1028834.

JM

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