Jalisco

Pedalea Guadalajara en la Vía RecreActiva Nocturna

Este 2 de noviembre, entre las 19:00 y las 23:00 horas, las avenidas principales se abrirán para peatones, patinadores y ciclistas

En los ámbitos del crepúsculo y de la noche, Guadalajara volverá a ser de quienes la caminan y la pedalean. Este sábado, la ciudad vivirá la segunda edición de la Vía RecreActiva Nocturna, un proyecto que -tras el éxito de su estreno en septiembre- se convierte oficialmente en una cita mensual. Cada primer sábado de mes, el asfalto se transformará en un río de luces, bicicletas y risas, en una versión estelar de la Vía dominical que desde hace más de dos décadas ha devuelto el espacio público a sus habitantes.

La primera rodada nocturna, realizada el 20 de septiembre de 2025, superó todas las expectativas: más de 90 mil personas salieron a recorrer las avenidas Vallarta y Juárez, desde Federalismo hasta los Arcos, en un ambiente festivo y seguro. Fue parte del aniversario número 21 de la Vía RecreActiva, y se convirtió, de inmediato, en una postal urbana inolvidable: familias enteras, grupos de amigos, ciclistas solitarios y curiosos ocasionales pedaleando bajo el aire fresco de la noche y los monumentos iluminados como testigos.

La respuesta fue tan entusiasta que la alcaldesa de Guadalajara, Verónica Delgadillo, anunció esa misma noche que la edición nocturna se realizaría de forma permanente, el primer sábado de cada mes, con apoyo de las dependencias municipales y del sistema de transporte, enfatizando en que la versión dominical ya convoca a más de 100 mil personas cada semana. 

La segunda edición, que se celebra este 2 de noviembre, promete repetir el espíritu del estreno. La ruta volverá a conectar los puntos emblemáticos del poniente y el centro: la Glorieta Minerva, el Templo Expiatorio y los Arcos de Vallarta, escenarios que de noche adquieren una belleza inesperada. Entre las 19:00 y las 23:00 horas, las avenidas principales se abrirán para peatones, patinadores y ciclistas, acompañados por música, luces y servicios públicos que garantizan una experiencia segura. Durante la jornada, el sistema MiTren (Siteur) permitirá nuevamente subir bicicletas al tren, para facilitar la llegada y el regreso sin complicaciones.

Pero más allá del número de asistentes o del trazado de la ruta, la Vía RecreActiva Nocturna tiene una dimensión simbólica que la vuelve profundamente cultural: reivindica el derecho a la ciudad también durante la noche. No la noche del tráfico ni la de los bares cerrados, sino la noche del paseo, del encuentro y del disfrute colectivo. Cuando los autos desaparecen, la calle recobra su sentido más esencial: ser un espacio de convivencia. Los monumentos se miran de otro modo, los edificios respiran, el aire cambia de ritmo. Guadalajara se hace legible otra vez, a la velocidad del pedal.

Esa sensación de reapropiarse del espacio público es el corazón del proyecto. La gente no asiste solo a rodar: asiste a reconocerse como parte de una comunidad urbana que puede coexistir sin prisa ni miedo. En un país donde las noches suelen asociarse al encierro o la precaución, este tipo de iniciativas abren una grieta luminosa: la posibilidad de habitar la ciudad con confianza. La bicicleta se convierte en símbolo, en extensión del cuerpo y del deseo de moverse sin barreras.

En la primera edición, la atmósfera fue tan espontánea como cuidada. Miles de luces de colores formaban un tapiz móvil que se reflejaba en los ventanales del centro; se escuchaban timbres, risas, el roce de las ruedas sobre el pavimento, la música improvisada de músicos callejeros, los puestos de antojitos y garnachas. Los monumentos -la Minerva, el Expiatorio, los Arcos- parecían distintos: menos monumentos y más compañeros de viaje. La ciudad, vista desde una bicicleta, recorrida bajo la noche, se volvía íntima.

Ese espíritu es lo que se busca conservar. El objetivo no es solo promover la movilidad sustentable, sino reconfigurar la experiencia nocturna de Guadalajara, demostrar que el espacio público puede ser seguro, amable y culturalmente activo incluso después del anochecer. 

Lo que empezó como una prueba en los festejos de aniversario se transformó en una tradición emergente, una cita que invita a pensar la ciudad no solo como territorio de paso, sino como un escenario vivo. La Guadalajara que despierta cada domingo en la Vía RecreActiva diurna es la misma que, de noche, descubre una nueva relación con su propio paisaje. Las fachadas coloniales, los neones modernos y los árboles centenarios se ven distintos cuando el paso es lento y el ruido es solo el del viento. 

Este sábado, cuando los faros de cientos de bicicletas vuelvan a encenderse, la ciudad volverá a contarse a sí misma. Será la segunda edición de la Vía RecreActiva Nocturna, pero en realidad es el primer capítulo de una costumbre que busca quedarse. Más que un paseo nocturno, esta rodada mensual es un manifiesto silencioso: el de una ciudad que decidió encenderse en sus bicicletas; Guadalajara pedaleada bajo las estrellas.

CT

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