Mira el atardecer de Guadalajara sobre el Cerro de la Reina
Disfruta de una vista panorámica de la ciudad y del valle en el que se fundó nuestra historia, una urbe bajo el cielo, dorada por el atardecer
Un día en la Villa Alfarera de Tonalá tiene que finalizar con una subida al famoso Cerro de la Reina, un observatorio natural dispuesto de tal manera que es posible ver el horizonte desde sus cuatro puntos cardinales, y donde Guadalajara se atisba como una maqueta lejana, un salpicadero de concreto y de luces más allá del Periférico inmenso, bañada de atardecer y del sol descendiendo detrás de los cerros.
El Cerro de la Reina es también un pedazo del pasado y los ayeres de Tonalá: en su cima existe un monumento a la Reina Cihualpilli, matriarca histórica de la región, construido en 1887 y realizado por el legendario Don Remigio el grande. Custodiando a la Reina, hay ocho estatuas de guerreros indígenas. Pues, en los años de la Conquista, el cerro fue escenario de batallas entre tonaltecas y españoles en su paso inevitable al Valle de Atemajac. La pequeña y característica capilla de piedra de castilla dedicada a la Virgen de Guadalupe procede de 1974, y hay una enorme bandera de México de 42 metros de altura que de tanto en tanto ondea al viento.
A tan solo cinco minutos de distancia del Centro Histórico de Tonalá, y con una altura de 2 mil 500 metros, pocas veces Guadalajara se ofrece a la mirada de la manera en que se aprecia desde el Cerro de la Reina. Una panorámica no solo la ciudad sino el valle en el que se fundó nuestra historia, una urbe bajo el cielo, dorada por el atardecer. Del otro lado del cielo la Barranca formada por el cauce del Río Santiago, y más allá, las mesetas de los Altos de Jalisco. Todo al alcance de la vista en el Cerro de la Reina.
CT