Álamo Industrial, zona de alto riesgo
Por la cantidad de fábricas y sus giros comerciales, la zona en un punto crítico de seguridad industrial
El incendio registrado ayer en una fábrica de aerosoles y químicos en la colonia Álamo Industrial, en Tlaquepaque, puso nuevamente en evidencia la vulnerabilidad de algunas zonas de la metrópoli frente a fenómenos químico-tecnológicos. El siniestro generó una serie de explosiones menores que alarmaron a vecinos y provocaron la evacuación de cientos de personas, además de la movilización de cuerpos de emergencia de los tres niveles de Gobierno.
El lugar del incendio, en el cruce de Acueducto y Paseo de la Cadena, se encuentra dentro de una de las al menos 40 zonas de riesgo documentadas por el Instituto de Planeación Metropolitana (Imeplan) en su Inventario de Peligros Metropolitano. Este registro, disponible en el Sistema de Información Metropolitana (SIGMetro), se nutre de datos históricos de cinco tipos de fenómenos: geológicos, hidrometeorológicos, químico-tecnológicos, sanitario-ecológicos y socio-organizativos.
A sólo un kilómetro del sitio siniestrado se ubica un punto identificado como riesgo por sustancias peligrosas, en el cruce de las calles 18 de Marzo y Algodón. Además, en un radio cercano hay alrededor de 30 puntos relacionados con almacenamiento de materiales inflamables, lo que hace de esta zona un punto crítico en términos de seguridad industrial.
El incendio en la fábrica provocó la proyección de materiales encendidos, lo que ocasionó un segundo incendio en una nave industrial contigua. Este tipo de escenarios, advierten especialistas, puede prevenirse con una adecuada planeación territorial y la integración de la información de riesgos en políticas públicas.
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Erick Manuel Alvarado, consultor en protección civil, recalcó la importancia de que esta información forme parte de los Atlas de Riesgo estatales y municipales. Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), solo 15 de los 125 municipios de Jalisco tienen un Atlas de Riesgos reportado ante la autoridad federal, y apenas cinco han sido actualizados después de 2020.
“El arranque de nuevas administraciones debe ser un punto de partida para impulsar esta herramienta, no sólo desde lo técnico, sino como parte de una política pública que involucre a la sociedad”, afirmó Alvarado. Añadió que la participación comunitaria es clave para construir un Jalisco más preventivo, sólido y resiliente.