Jalisco

Con música y comida, conmemoran el Día de las Madres en el Panteón Guadalajara

"Venimos a visitarla y a pasar tiempo con ella", expresa uno de los tantos familiares que cada 10 de mayo, visitan el camposanto en donde yacen las tumbas de las madres 

Ni la inclemencia del sol, ni las áridas explanadas de concreto, frenan el entusiasmo de las familias mexicanas que van a visitar a sus madres. EL INFORMADOR / A. Navarro
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El calor azotaba con fuerza en el Panteón Guadalajara. Por entre las tumbas y los caminos de tierra apenas había un resquicio de sombra para resguardarse de los rayos del Sol que, a mediodía, hacían más largas las caminatas. 

Pero la familia Rodríguez López, las hijas y los nietos de doña María Eugenia, fallecida en 2021, se acomodaron debajo del techo de la tumba de su mamá y abuela y sacaron los tacos dorados de carne de una bolsa de plástico: el calor parecía no hacer estrategos en ellos, pues desde hace cuatro años visitan a doña María el día de muertos, en su cumpleaños y el 10 de mayo.

Ya habían acomodado las flores y los refrescos —a la matriarca de la familia le gustaba mucho la Coca Cola, dijo su hija Laura—, mientras los nietos buscaban un lugar donde sentarse y que les diera sombra.

"Desayunamos o comemos aquí con mi mamá y le decoramos de alguna manera para hacerle especial su día. Lavamos, limpiamos, decoramos y ya comemos. A lo largo del día van viendo más familiares, conforme vayan pudiendo, pero nosotros estamos aquí desde temprano con mi mamá", mencionó.

El terregal se asentaba sobre las tumbas aledañas, pero la de la familia Rodríguez López estaba impecable: del techo colgaban tiras de listones de colores y las flores colocadas en macetas detrás del cristal adornaban la visita. Mientras Laura recordaba a su mamá, una leve ventisca hacía bailar las decoraciones. Ella sonreía.

 Familia Rodríguez López. EL INFORMADOR / A. Navarro

Por el umbral del panteón cruzaban cientos de familias que cargaban ramos de flores, bolsas con comida, hieleras, loncheras y bocinas. El calor era sofocante, pero el camellón central se inundó de tapatíos que fueron a visitar, una vez más, a su mamá este 10 de mayo. El ambiente era de celebración, fiesta y reunión, mientras en la entrada del cementerio comenzaban a apilarse las filas de personas.

Rodrigo y sus hermanos visitan a su mamá desde hace dos años. Escuchan canciones de regional mexicano y se acomodan al lado de la tumba: es lo que hacían cada sábado cuando su mamá aún vivía, por lo que decidieron mantener la tradición con los que así lo deseen. Amarraron una lona azul a las otras tumbas e improvisaron un techo que daba una sombra refrescante, casi como un punto de descanso en medio del panteón.

"Ponemos música que le gustaba a ella, le cantamos y platicamos. Aquí hacemos lo que hacíamos cada ocho días. Todos los sábados hacíamos esto cuando estaban en vida los padres, ahora nos venimos aquí los que queremos […]. Hace dos años trajimos música en vivo, un guitarrista. Cuatro horas de música en vivo", relató Rodrigo.

Familia Osorio González (la familia de Rodrigo). EL INFORMADOR / A. Navarro 

Rodrigo y su familia se quedarían unas horas más con su mamá antes de regresar a su casa para comer. Las flores que le llevaron adornaban la tumba, mientras allá, al fondo del camino, se escuchaba la música de otra familia que, reunida en un semicírculo, recordaban una vez más a su mamá. "Venimos a visitarla y a pasar tiempo con ella", concluyó Rodrigo. El Sol comenzaba a pegarle en la cara, por lo que se movió para buscar otro lugar con sombra.

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