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Sombreros para El Salto

La sacudida que en materia de seguridad significó la tortura y asesinato de las oficiales de la Comisaría de Vialidad, Libna Mata y Gisela Ceballos, además de revelar las carencias y divisiones internas que explican en parte las deficiencias de esa corporación ante los desbordados problemas de los colapsos viales en distintos puntos de la ciudad, dejó en evidencia también el creciente control y presencia de los grupos de la delincuencia organizada, que se da también en los municipios de la Zona Metropolitana, al igual que en distintas regiones del Estado.

Por eso este caso nos recuerda no sólo el asesinato de Areli “N”, otra agente vial del municipio de Teocaltiche, que fue atacada junto con dos de sus compañeros que resultaron heridos en febrero pasado, sino el reciente crimen del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, a manos del grupo del crimen organizado, al que, como ningún otro presidente municipal en el país, siempre combatió.

El movimiento del sombrero, que, para honrar su legado de lucha y valentía contra las mafias, que encabeza su esposa Grecia Quiroz, quien asumió la alcaldía de Uruapan tras su violenta muerte, busca revertir el claro mensaje intimidatorio que lanzó el narco a todas y todos los alcaldes del país con el asesinato de Manzo, en el sentido de que cualquier otro munícipe o gobernante que los persiga correrá la misma suerte. Es momento de mostrar que ese síndrome no se dará en El Salto.

Habrá que decir que, en esta lucha, parecen seguir sin el acompañamiento que exigió infructuosamente en vida Carlos Manzo a la Presidenta Claudia Sheinbaum para que el Ejército y las corporaciones federales respaldaran sus operativos contra los grupos delincuenciales.

Luego de que el domingo pasado se presentó desde el Palacio Nacional, muy lejos de Uruapan, el llamado Plan Paricutín, que al igual que lo hicieron los últimos tres presidentes, consistió en enviar a 12 mil efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, ayer estuvo en Michoacán, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, para dar seguimiento a ese operativo que busca desmantelar a los principales cárteles que operan en aquella Entidad. Hasta donde se sabe, tampoco tuvo el gesto de visitar a la viuda de Manzo.

Ya expresó el gobernador Pablo Lemus que la delincuencia no lo doblará a él ni su gobierno, por lo que junto con la alcaldesa morenista de El Salto, María Elena Farías Villafán, deberán exigir también el apoyo del Gobierno federal para ir con todo contra con los grupos del crimen organizado que volvieron a desafiarlos con el asesinato de estas dos agentes, y que obliga de entrada una revisión a fondo del grado de infiltración delincuencial en la Policía Municipal de ese municipio metropolitano.

jbarrera4r@gmail.com
 

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