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Sin FONDEN

En 1996 el presidente Ernesto Zedillo creó el Fondo de Desastres Naturales, mejor conocido como FONDEN, con la intención de que el gobierno de la República contara con ahorros para cuando fuera necesario hacerle frente a alguna tragedia provocada por fenómenos naturales.

El país venía no muy lejos de sufrir el terremoto de la Ciudad de México de 1985 y en 1995 había ocurrido uno de los peores huracanes de la historia del país, el Roxanne. Zedillo, como buen economista sabía la importancia de la previsión para enfrentar los desastres naturales que sabemos que no dejarán de ocurrir.

Antes del FONDEN, el gobierno tenía que recolectar recursos de donde fuera, se estima que los daños provocados por Roxanne en la península de Yucatán fueron de 1,500 millones de dólares y todo esto en medio de una de las peores crisis económicas que hubiera vivido el país.

Con la creación del FONDEN, el país tendría un ahorro de emergencia que podría usarse para atender la reconstrucción de las zonas afectadas. Y todo esto, sin desestabilizar las finanzas públicas o tener que recurrir a más deuda.

La lógica es la misma que tienen las familias de hacerse de un ahorro que tengan disponible “por cualquier cosa que pudiera pasar”. Los especialistas en finanzas personales le llaman “fondo de emergencia”. Eso es precisamente lo que tenía México desde 1996.

Crecía con forme se le asignaban recursos cada año, así también con parte del dinero que no se gastaban las secretarias y dependencias públicas, al regresar a la Tesorería iba a parar al FONDEN.

Así fue, como en 2021 cuando López Obrador decidió desaparecerlo, el FONDEN contaba con 35 mil millones de pesos de dinero ahorrado para enfrentar desastres. López Obrador denunció que había corrupción y lo desapareció. El dinero del FONDEN se transfirió a la construcción del fallido Tren Maya.

López Obrador nunca demostró ni se tomó el tiempo en investigar si había corrupción en el manejo del FONDEN. Lo único que le interesaba era echarle el guante a todo ese dinero ahorrado por gobiernos anteriores.

Hoy, que la tragedia vuelve a golpear al país, el gobierno de la presidenta Sheinbaum simplemente no tiene ahorros para reconstruir las zonas afectadas.

No quiere decir que el gobierno federal no pueda atender a los damnificados. Eso no será un problema. Atender con albergues, comidas, baños, agua, algo de ropa, atención médica, etc. Todas esas cosas que deben hacerse en la emergencia, seguramente no habrá inconvenientes.

El problema es que el gobierno de Sheinbaum no tendrá dinero para financiar la verdadera reconstrucción de las zonas afectadas. Los cientos de millones de pesos que se requerirán para reconstruir toda la infraestructura dañada o destruida por las inundaciones: carreteras, puentes, drenaje, escuelas, hospitales, entre otros. Y peor aún, no tiene recursos para implementar medidas que pudieran prevenir que vuelva a ocurrir una inundación de esas magnitudes.

En esas situaciones, el dinero nunca es suficiente. Y ahora el proceso de recuperación, será mucho más lento de lo que debería, simplemente porque no hay dinero. Se atenderán las necesidades inmediatas de la población, se levantarán los escombros, se repartirán agua, alimentos y vales para que las personas se hagan de algunos enseres domésticos; pero la recuperación económica completa de la región tardará mucho, mucho más.

Simplemente porque no hay FONDEN. El gobernó de Sheinbaum apenas si logrará cerrar las cuentas este año y lo hará volviendo a depender de un endeudamiento creciente que no se ve cuándo lo vayan a pagar.

Vea usted lo que pasó en Acapulco después del Huracán Otis, que lo destruyó en 2023. Se atendió a la población, pero ya no hubo dinero para levantar a Acapulco a lo que era antes. Los grandes hoteles cobraron sus pólizas de seguros y ya nunca volvieron. La ciudad tardará muchos años en volver a lo que era. Si es que algún día vuelve.

Creo que ese será el triste futuro de estas zonas afectadas por las inundaciones, pronto bajará la emergencia y la cobertura en los medios. Pero el costo económico lo pagaran sus habitantes durante años, porque su gobierno no tiene dinero para reconstruir ni reactivar la región.

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