La ciudad que te cuida, ¿pero no del ruido?
“Las y los vecinos de la Colonia Americana estamos cansados y profundamente frustrados. Han sido demasiadas noches sin dormir, demasiados reportes levantados, demasiadas conversaciones con dueños de bares y terrazas, demasiados oficios enviados, demasiadas mesas de trabajo… y aún así, el problema persiste”.
Este reclamo lo suscriben 685 vecinas y vecinos que pertenecen al chat de WhatsApp de la asociación Comunidad Americana en Guadalajara. El viernes, en un comunicado en redes (@comunidadamericana) denunciaron el ruido excesivo de bares, restaurantes y terrazas de la zona.
Es un problema añejo. Su primer manifiesto contra el ruido fue en octubre de 2022 justo después de que la revista Time Out nombró a la Americana “la colonia más cool del mundo”. Son tres años de peticiones.
El reglamento municipal indica que en zonas habitacionales con comercios el ruido no debe exceder los 65 decibeles en la noche (22:00 a 06:00 horas). Esto equivale al volumen de una conversación normal.
Sergio Garibi, consejero de la asociación, me explicó que algunos bares han alcanzado hasta 100 decibeles. Esto equivale al ruido de una motosierra a pocos metros. En ese nivel, hay que gritar para comunicarse.
Otros padecen los 70 decibeles, cinco arriba de la norma, pero dentro de su casa.
En 2024 se enviaron 218 reportes vecinales al chatbot GuaZap (33-36-10-10-10) por ruido excesivo en la Americana. La alcaldía tardó en atenderlos en promedio 17 días; y sólo el 75% fueron “resueltos” sin solucionar el problema.
Un reporte se realizó el 26 de enero de 2024 y fue atendido hasta el 28 de noviembre. Sólo uno de cada cinco fue atendido al menos en la primera semana.
Esta es información oficial de Guadalajara que las y los vecinos obtuvieron vía transparencia. Tengo copia del documento y la asociación creó un mapa en línea con los bares con más reportes.
En su comunicado identifican a los siguientes: Mansion Clover Lawn, Bar Plo, Jardín Demonaco, Decenizas, la Casa de los Abanicos y Oportuno, entre otros.
Tras el comunicado de Comunidad Americana, el Ayuntamiento realizó un operativo antirruido. Clausuró el Bar Plo y revisó la Mansión Clover Lawn y el bar Decenizas, pero estos últimos cumplían la norma.
“Pasa mucho que llegan a inspeccionar y te dicen que no había ruido. Y otras donde le avisan en el bar y 10 minutos antes le bajan”, contó Garibi.
Y añadió: “Ha habido varios dueños que se burlan y dicen hagan lo que quieran, yo ya me arreglé, así descaradamente, y eso a los vecinos los calienta, no tienes idea cómo les molesta”.
Busqué al Ayuntamiento tapatío para conocer su versión. Mario Silva, jefe de la oficina de la Presidencia, se comprometió a atender y abordar el problema.
Las y los vecinos no desean cerrar bares ni impedir la vida nocturna. Sólo piden que se cumpla la ley y llevar la fiesta en paz. El ruido está documentado, los reportes existen y las omisiones también.
El ruido excesivo es la principal fuente de conflictos vecinales que desembocan en violencia.
Mañana comparto testimonios y posibles soluciones. La alcaldesa Verónica Delgadillo debe poner atención. Las y los vecinos están cansados y frustrados, pero cada vez mejor organizados. Y necesitan una válvula de escape.