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Uno gana, otro pierde y Trump “cumple”

La Conferencia Internacional de Seguridad de Múnich —que desde 1963 se celebra en esa ciudad alemana bajo el eslogan “La paz a través del diálogo” — que hoy se inicia, tiene como tema central las negociaciones para frenar el enfrentamiento bélico entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, no todo será tan fácil como “borrón y cuenta nueva” para beneficio de los involucrados directamente en el conflicto y provecho del “intermediario”.

El miércoles, Donald Trump y Vladimir Putin sostuvieron “una larga y muy productiva llamada”, dijo el mandatario estadounidense, donde acordaron iniciar “inmediatamente” las pláticas donde “trabajaremos juntos, muy de cerca, para parar las millones de muertes que están ocurriendo en la guerra”, acordando inclusive reunirse en un futuro no muy lejano en Arabia Saudita. Y con el propósito de acelerar el objetivo, el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Estado Marco Rubio encabezan hoy la delegación norteamericana en la cumbre de seguridad. Sin embargo, en el “jolgorio” de la llamada y en el cumplimiento de la finalidad, no involucraron en la conversación al agredido en el conflicto, al presidente de Ucrania Volodimir Zelenski.

La reacción de Zelenski fue muy clara en el sentido de que no aceptará negociaciones “bilaterales”: “No hablo de otros temas, en los que son libres, cualquier negociación sobre Ucrania sin nosotros, no la aceptaremos… Los contactos entre Ucrania y Estados Unidos son prioritarios para nosotros, pero hasta que hayan puesto en marcha un plan para parar a Putin”. Y es que la actitud y el planteamiento hecho por Trump da la impresión de que son ellos los que tomarán la última palabra en la resolución del conflicto sin tomar en cuenta a Ucrania, que es el invadido. Además, Trump sugirió en sus comentarios que “se podrían volver a trazar las fronteras —entre Ucrania y Rusia—”, interpretándose como que pudieran quedarse con el casi 20 por ciento de territorio invadido por Rusia, aseveración que fue ratificada por el secretario de Defensa, quien dijo que “volver a las fronteras anteriores es un objetivo poco realista”. Y habrá que agregar la posición de los líderes europeos —los aliados de Estados Unidos—, entre ellos Alemania y Gran Bretaña, quienes quieren ser tomados en cuenta en las negociaciones porque el conflicto también afecta al continente europeo y a la logística de seguridad de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) —organismo al que Ucrania quiere ser integrado—.

En el avorazado movimiento de Trump, que se siente “dueño de la pelota” por ser el “patrocinador” de la defensa y por la “inversión” de 66 mil millones de dólares que Estados Unidos ha hecho desde comenzó el conflicto ucraniano/ruso —a finales del 2013— y por querer cumplir con la promesa que hizo en campaña, que llegando a la presidencia “en 24 horas terminaré con el conflicto” —que ya no cumplió—, hace sus “enjuagues” de manera arrebatada y de manera unilateral.

Al final de cuentas, si Trump y Putin llegan a un arreglo, ignorando a Ucrania —que tiene pocas opciones— y a la OTAN, el ganador es Putin, el perdedor será Zelenski y el que “cumplió” será el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

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