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Ucrania y la 4T

La inercia de crispación que había tomado la rueda de prensa mañanera presidencial las últimas tres semanas por el Houston-gate, y que alcanzó la bravuconería de Andrés Manuel López Obrador contra altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos pareció afectar la reacción inicial de la 4T a la inaceptable invasión militar de Rusia a territorio Ucraniano, que ha significado toda una tragedia que trastocó para siempre la vida de sus ciudadanos y ha puesto al mundo al borde de una conflagración bélica incluida la amenaza de recurrir a armas nucleares según advirtió ayer el presidente ruso Vladimir Putin.

La ofensiva militar ordenada por el ex agente de la Kremlin argumentando la liberación de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk porque el gobierno ucraniano no cumplió los acuerdos de Minsk de darles mayor autonomía, y sobre todo por su rechazo a la decisión del presidente Volodimir Zelenski de incorporar a Ucrania a la OTAN que ve como una amenaza directa en su frontera en términos geopolíticos, merecía una condena contundente que no hizo el Presidente mexicano inicialmente.

Para la tranquilidad de todos, aunque tardía, vino la corrección el viernes a 48 horas de iniciada la guerra cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que su gobierno presentaría ante la Organización de las Naciones Unidas una propuesta para condenar y endurecer las sanciones contra todos los países que cometan invasiones militares como la de Rusia a Ucrania.

Eso diluyó las versiones que sostenían que por las diferencias que ha tenido con el gobierno estadounidense de Joe Biden, se podía poner del lado ruso, por sus tibios posicionamientos que hizo el miércoles que inició la agresión militar rusa contra sus vecinos ucranianos.

Eso desmarcó a López Obrador también de posturas de populistas autoritarios como Donald Trump que elogió a Putin por “el movimiento genial y bastante inteligente” de movilizar tropas a territorio ucraniano, como Estados Unidos podría hacerlo en la frontera con México, o de quienes incluso pronosticaban descabelladamente sobre la posibilidad de que el gobierno de la 4T por simpatías ideológicas permitiera la instalación de bases militares rusas en suelo mexicano.

Este posicionamiento del gobierno lopezobradorista se consolidó ayer que el embajador mexicanos ante la ONU, José Ramón de la Fuente, invocó la Resolución 377 de ese organismo internacional para convocar a una sesión extraordinaria de la asamblea de todos los países para con la mayoría anular el veto de Rusia en el Consejo de Seguridad y lograr así la condena mundial a la invasión de Ucrania.

Así, el gobierno mexicano se libró de más tensiones innecesarias con Estados Unidos y se puso en concordancia con los acuerdos bilaterales comerciales y geopolíticos entre ambos países para enfrentar amenazas al orden internacional.
 

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